sábado, 2 de octubre de 2010

LA PAZ SÍ ES POSIBLE EN PALESTINA



LA PAZ SÍ ES POSIBLE EN PALESTINA / PEACE IS REALLY POSSIBLE IN PALESTINA
LA PAIX EST BIEN POSSIBLE À PALESTINE / FRIEDEN IST DOCH MÖGLICH IN PALESTINE

No hay duda alguna: cuando uno no quiere dos no pueden llegar a un acuerdo y si ninguno de los dos quieren entonces podemos apagar la luz y dejarlos a oscura que es a donde conducen todos los empecinamientos irracionales y los posicionamientos numantinos ajenos a las realidades de los tiempos que corren y los que vendrán. Lo que cito en este párrafo viene a cuento de lo siguiente:

Las noticias que están llegando de Palestina no son halagüeñas. Todo parece apuntar a que las facciones israelitas partidarias de no prorrogar la moratoria sobre las obras de los asentamientos en Cisjordania se están llevando el gato al agua y, según parece, no va a haber prórroga de la moratoria. Craso error y empecinamiento absurdo porque esos asentamientos no valen una perra chica en el caso de confrontación armada en la que podrían participar ni se sabe qué potencias y podría inclinar la balanza a puntos insospechados para los hoy irredentos partidarios de seguir con la construcción de los asentamientos en plenas negociaciones de paz.

Para exponer la situación en pocas palabras sólo hay que decir lo siguiente: Hay gente en la trastienda de las dos partes en negociaciones que están dispuestas a dinamitar cualquier posible acuerdo por los medios que sean y como sean. No hay ya la menor duda que hay facciones instaladas en el tremendismo en ambas partes que no ven más allá de sus narices y que siguen instalados en la premisa de borrar a los palestinos de la faz de la Tierra, por un lado, y echar a los judíos al mar por el otro lado. Graso error por ambas partes pues semejantes perspectivas conduciría a un holocausto generalizado en Oriente Medio con implicación no se sabe de qué potencias y con la utilización de cualquier medio bélico disponible para aplastar al enemigo, cosa que es de lo más común en toda guerra. El pronunciar la palabra guerra en estos tiempos con los medios de ingeniería bélica que hay sobre la mesa es de una locura tal que sólo se puede concebir porque los interlocutores ligados en el conflicto no ven ni un palmo más allá de sus narices.

Las facciones tremendistas de la parte judía sólo piensan en que la situación actual de hegemonía bélica se prolongará por los siglos de los siglos, sin contemplar que el tiempo es inflexible y puede cambiar las situaciones bélicas de forma insospechada, además de tener ante sí a un enemigo que puede representar el 24% de la población mundial. En lo que a la parte palestina se refiere, siguen albergando la ilusión de arrojar a los judíos al mar y seguir viviendo para contarlo. Están tan ofuscados en el ‘navajeo’ del día a día que se han distanciado, casi perdido, de la realidad de Oriente Medio y esa realidad es que Israel es un Estado que su presencia no admite la menor duda y que seguirá existiendo mientras Oriente Medio siga siendo Oriente Medio o, por lo menos, el que hoy en día conocemos. Cualquier observador frío y desapasionado tiene las cosas claras: en Oriente Medio sólo es posible la paz porque la salida por la vía de la guerra significaría un posible exterminio en masa del pueblo palestino por parte de Israel que el mundo no puede permitir y, en lo relativo a la parte palestina, es utópico y de total ausencia de realismo el pretender la destrucción de Israel porque a Israel se le supone suficiente poder bélico de última tecnología como para destruir por sí solo a su enemigo y parte de Oriente Medio, si en ello le fuera su existencia.

Consecuentemente, ante un panorama que visto desde la distancia y sin el apasionamiento de de las incidencias ‘in situ’ es claro y diáfano de a dónde pueden llevar la situación de clima bélico permanente de Palestina, ha lugar a añadir a este comentario-recordatorio a los judíos de Israel que la situación de hegemonía bélica que disfrutan en la actualidad no puede ser eterna y que la ciencia no para en ninguna parte del globo, por lo que esa balanza puede cambiar muy peligrosamente en contra suya, en cuyo caso los asentamientos que hoy parecen ser el absurdo motivo que paraliza las negociaciones pasarán al plano de simples cajas de cerillas en el cajón de arena de un alto mando militar cualquiera. En lo que a la parte palestina se refiere, deben tener claro que esta es la gran oportunidad, tal vez la última oportunidad que tengan de crear su estado palestino con la garantía y el respaldo de toda la comunidad internacional y no sólo de la comunidad árabe y musulmana. El problema es serio y necesita que sus interlocutores estén a la altura de la magnitud del problema y dispuestos a separar la paja del trigo y alcanzar acuerdos sanos y duraderos, acuerdos que no serán posible sin que ambas partes hagan concesiones dolorosas, porque sólo así será posible la paz, una paz que sí es posible si los tremendismos son dejados en la trastienda y la sensatez se instala con fuerza en la mesa de negociaciones.

No hay la menor duda que nos encontramos ante una situación inmejorable para que la paz llegue a Oriente Medio, y digo inmejorable porque hoy los negociadores son respaldados por un Barak Obama que junto con su primera ‘espada’ en Exteriores, Hillary Clinton, están muy a la altura de la situación y muy decididos a comprometerse en obligaciones diversas para que el acuerdo de paz sea alcanzado. También, y no menos importante, tenemos la comunidad internacional que tanto por la parte musulmana como por la parte cristiana están determinados a respaldar con medidas económicas y de seguridad al acuerdo de paz que salga de las negociaciones, destacándose los principales dirigentes de la Unión Europea, como es el caso de Nicolas Sarkozy quien, una vez tranquilo por no haber sido condenado por sus colegas deudores de la UE por la deportación de gitanos búlgaros y rumanos de Francia, tiene ahora el sosiego para dedicar tiempo al tema de mayor envergadura que aqueja hoy al mundo por la evolución negativa que puede producirse. En lo que a Alemania se refiere, que no hay duda que junto con Francia ha asumida el liderazgo de la UE, va siendo hora que asuma de pleno la importancia que siempre ha tenido en la Historia de Europa, deje en el trastero los complejos de la última contienda europea que aún le atan en lo que al señalarse se refiere, y den un paso al frente a primera línea en distinguirse en compromisos en la conformación de un acuerdo de paz duradero en el Medio Oriente. El Hermano Americano no debe ser dejado solo en limar las numerosas asperezas que, indiscutiblemente, se irán presentando en el curso de las negociaciones.

Si no se consiguiera un acuerdo de paz justo y duradero no habrá fracasado la mesa de negociaciones solamente sino la comunidad internacional en su conjunto, y cuanto mayor el peso político de cada nación mayor será su grado de culpabilidad en el fracaso de las negociaciones, caso que fuese el fracaso el resultado de las mismas.

Las Palmas de Gran Canaria, 2 de octubre de 2010
Daniel Garzón Luna

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