viernes, 17 de diciembre de 2010

NAVIDAD 2010

FELICITACION NAVIDEÑA
Deseo feliz Navidad y un venturoso Año Nuevo a mi Familia, a mis Amigos y a mis Lectores de todas las latitudes.
Navidad 2010
Daniel Garzón Luna

(HACER CLIC SOBRE LAS IMÁGENES PARA EMPLIARLAS)



NAVIDAD 2010

FELICITACION NAVIDEÑA
Deseo feliz Navidad y un venturoso Año Nuevo a mi Familia, a mis Amigos y a mis Lectores de todas las latitudes.
Navidad 2010
Daniel Garzón Luna

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viernes, 10 de diciembre de 2010

MAS SOBRE LA PRETENDIDA SOBERANÍA BRITÁNICA SOBRE GIBRALTAR


MÁS SOBRE LA PRETENDIDA SOBERANIA BRITÁNICA SOBRE GIBRALTAR

Ceferino L. Maestú ha publicado el pasado día 9 de diciembre un artículo en “HISPANIAINFO”, con el titular “España no cedió la soberanía de Gibraltar”, a cuento de la pretendida soberanía británica sobre Gibraltar que, por su rigor histórico y gran afinidad con diferentes artículos sobre el particular publicados en este blog, me permito transcribir literalmente.


“España no cedió la soberanía de Gibraltar

Publicado por hispaniainfo el 09 Dic 2010. en OPINIÓN, TITULARES
Por Ceferino L. Maestú.

En una guerra civil por la sucesión en el trono de España, hace 300 años, los Ingleses, en apoyo del uno de los aspirantes, ocupó el Peñón de Gibraltar y se lo quedó para él.

El monarca español, que no fue el partidario de los ingleses, reconoció la ocupación, en unos términos que la mayoría de los ingleses y españoles desconocen. Y, al parecer, tampoco el señor Peter Caruana, titulado ministro principal cuando es, simplemente, el alcalde de la ciudad, con un gobernador colonial británico como suprema autoridad local.

Pero veamos que es lo que dice el Tratado de Utrech, suscrito hace casi 300 años, el 13 de julio de 1713:

-“El Rey Católico (español), por si y por sus herederos y sucesores, cede por este tratado a la Corona de Gran Bretaña la plena y entera propiedad de la ciudad y castillo de Gibraltar, juntamente con su puerto, defensas y fortalezas que le pertenecen, dando la dicha propiedad, absolutamente, para que la tenga y goce, con entero derecho y para siempre, sin excepción ni impedimento alguno”.

“Pero, para evitar cualesquiera abusos y fraudes en la introducción de mercaderías, quiere el Rey católico (español), y supone que así se ha de entender, que la dicha propiedad se ceda a Gran Bretaña sin justificación alguna territorial y sin comunicación alguna abierta con el país sin convecino por parte de tierra…”

“Sí, en algún tiempo, a la Corona de la Gran Bretaña le pareciera conveniente dar o vender o enajenar, de cualquier modo la propiedad de dicha Ciudad de Gibraltar, se ha convenido y concordado por este Tratado que se dará a la Corona de España la primera acción, antes que a otros, para redimirla”.

La Sala de lo Civil, del Tribunal Supremo Español, el 20 de Agosto de 2001 dictaminó:

-“El propio tenor de la norma ha llevado a un importante sector de la doctrina científica más autorizada a sostener que la cesión operada, por virtud del Tratado, fue puramente territorial, dominal, sin sanción de soberanía alguna ni, por tanto, de sus atributos”.

“En auxilio de dicha interpretación vienen no solo los términos del precepto, que aluden a una cesión y que reconocen un derecho de retracto, sin jurisdicción territorial alguna para el caso de que la Gran Bretaña diese, vendiese, enajenase de cualquier modo la propiedad de la ciudad de Gibraltar, son también, y excepcionalmente, los antecedentes históricos del tratado, a saber: el tratado de paz de 24 de octubre de 1648, celebrado entre Fernando III y el Imperio, dentro del Congreso de Münster: el Tratado de Versalles, de 9 de marzo de 1701 entre Francia y el elector de Baviera y, particularmente, el tratado preliminar de Paz y de amistad hispano británico, firmado en Madrid el 27 de marzo de 1713, en el que, en ningún momento se hace referencia a la soberanía… la cesión no alcanza, pues a otros espacios físicos o marítimos, quedando, asimismo, fuera de ella, las aguas adyacentes del peñón. En segundo lugar –prosigue el Tribunal español-, la posesión territorial actual, que ha experimentado ese espacio, no encuentra una adecuada justificación en la istitución de la xx ¿prescripción? xx, de la cuales quiere derivar el derecho soberano sobre el territorio del istmo y sobre las aguas adyacentes…”.

Según se deduce de todo ello, el Tribunal Supremo tiene bien claro que la cesión de Gibraltar fue de la propiedad de una ciudad, como si fuera un cortijo, pero sin soberanía territorial alguna que seguirá correspondiendo a España no solo sobre la ciudad sino sobre el istmo y las aguas de la Bahía de Algeciras.

Ahora, después de que el Gobierno español –torpemente- reconociera el supuesto derecho del “alcalde” gibraltareño a negociar en un Foro Tripartito, no como parte de la representación británica, el señor Peter Caruana se ha permitido decir, en Sevilla, en el Forum Europa -según la versión del diario ABC- que Gibraltar “no es patrimonio” del Reino Unido “como para que nos puedan entregar en un diálogo bilateral porque vulneraría los derechos de sus ciudadanos como seres humanos…”.
Resulta curioso ese planteamiento porque, desde hace trescientos años, esos derechos no fueron considerados con los españoles que se vieron obligados a salir de Gibraltar y llevarse su Ayuntamiento para fundar, en San Roque, otro Gibraltar Español, que debería tener mucho que decir.

¡No se puede seguir un debate de palabras cuando debería someterse, para siempre, al Tribunal Internacional”

A QUIEN PUEDA CONCERNIR:
En este blog reproduzco sin fines lucrativos fotografías, vídeos, artículos de diferente naturaleza y otras informaciones o archivos procedentes de Internet y de la prensa común. En caso que usted encuentre alguna publicación de su propiedad y desee su retirada, sólo tiene que ponerse en contacto conmigo y sin demora atenderé su petición.




MAS SOBRE LA PRETENDIDA SOBERANÍA BRITÁNICA SOBRE GIBRALTAR


MÁS SOBRE LA PRETENDIDA SOBERANIA BRITÁNICA SOBRE GIBRALTAR

Ceferino L. Maestú ha publicado el pasado día 9 de diciembre un artículo en “HISPANIAINFO”, con el titular “España no cedió la soberanía de Gibraltar”, a cuento de la pretendida soberanía británica sobre Gibraltar que, por su rigor histórico y gran afinidad con diferentes artículos sobre el particular publicados en este blog, me permito transcribir literalmente.


“España no cedió la soberanía de Gibraltar

Publicado por hispaniainfo el 09 Dic 2010. en OPINIÓN, TITULARES
Por Ceferino L. Maestú.

En una guerra civil por la sucesión en el trono de España, hace 300 años, los Ingleses, en apoyo del uno de los aspirantes, ocupó el Peñón de Gibraltar y se lo quedó para él.

El monarca español, que no fue el partidario de los ingleses, reconoció la ocupación, en unos términos que la mayoría de los ingleses y españoles desconocen. Y, al parecer, tampoco el señor Peter Caruana, titulado ministro principal cuando es, simplemente, el alcalde de la ciudad, con un gobernador colonial británico como suprema autoridad local.

Pero veamos que es lo que dice el Tratado de Utrech, suscrito hace casi 300 años, el 13 de julio de 1713:

-“El Rey Católico (español), por si y por sus herederos y sucesores, cede por este tratado a la Corona de Gran Bretaña la plena y entera propiedad de la ciudad y castillo de Gibraltar, juntamente con su puerto, defensas y fortalezas que le pertenecen, dando la dicha propiedad, absolutamente, para que la tenga y goce, con entero derecho y para siempre, sin excepción ni impedimento alguno”.

“Pero, para evitar cualesquiera abusos y fraudes en la introducción de mercaderías, quiere el Rey católico (español), y supone que así se ha de entender, que la dicha propiedad se ceda a Gran Bretaña sin justificación alguna territorial y sin comunicación alguna abierta con el país sin convecino por parte de tierra…”

“Sí, en algún tiempo, a la Corona de la Gran Bretaña le pareciera conveniente dar o vender o enajenar, de cualquier modo la propiedad de dicha Ciudad de Gibraltar, se ha convenido y concordado por este Tratado que se dará a la Corona de España la primera acción, antes que a otros, para redimirla”.

La Sala de lo Civil, del Tribunal Supremo Español, el 20 de Agosto de 2001 dictaminó:

-“El propio tenor de la norma ha llevado a un importante sector de la doctrina científica más autorizada a sostener que la cesión operada, por virtud del Tratado, fue puramente territorial, dominal, sin sanción de soberanía alguna ni, por tanto, de sus atributos”.

“En auxilio de dicha interpretación vienen no solo los términos del precepto, que aluden a una cesión y que reconocen un derecho de retracto, sin jurisdicción territorial alguna para el caso de que la Gran Bretaña diese, vendiese, enajenase de cualquier modo la propiedad de la ciudad de Gibraltar, son también, y excepcionalmente, los antecedentes históricos del tratado, a saber: el tratado de paz de 24 de octubre de 1648, celebrado entre Fernando III y el Imperio, dentro del Congreso de Münster: el Tratado de Versalles, de 9 de marzo de 1701 entre Francia y el elector de Baviera y, particularmente, el tratado preliminar de Paz y de amistad hispano británico, firmado en Madrid el 27 de marzo de 1713, en el que, en ningún momento se hace referencia a la soberanía… la cesión no alcanza, pues a otros espacios físicos o marítimos, quedando, asimismo, fuera de ella, las aguas adyacentes del peñón. En segundo lugar –prosigue el Tribunal español-, la posesión territorial actual, que ha experimentado ese espacio, no encuentra una adecuada justificación en la istitución de la xx ¿prescripción? xx, de la cuales quiere derivar el derecho soberano sobre el territorio del istmo y sobre las aguas adyacentes…”.

Según se deduce de todo ello, el Tribunal Supremo tiene bien claro que la cesión de Gibraltar fue de la propiedad de una ciudad, como si fuera un cortijo, pero sin soberanía territorial alguna que seguirá correspondiendo a España no solo sobre la ciudad sino sobre el istmo y las aguas de la Bahía de Algeciras.

Ahora, después de que el Gobierno español –torpemente- reconociera el supuesto derecho del “alcalde” gibraltareño a negociar en un Foro Tripartito, no como parte de la representación británica, el señor Peter Caruana se ha permitido decir, en Sevilla, en el Forum Europa -según la versión del diario ABC- que Gibraltar “no es patrimonio” del Reino Unido “como para que nos puedan entregar en un diálogo bilateral porque vulneraría los derechos de sus ciudadanos como seres humanos…”.
Resulta curioso ese planteamiento porque, desde hace trescientos años, esos derechos no fueron considerados con los españoles que se vieron obligados a salir de Gibraltar y llevarse su Ayuntamiento para fundar, en San Roque, otro Gibraltar Español, que debería tener mucho que decir.

¡No se puede seguir un debate de palabras cuando debería someterse, para siempre, al Tribunal Internacional”

A QUIEN PUEDA CONCERNIR:
En este blog reproduzco sin fines lucrativos fotografías, vídeos, artículos de diferente naturaleza y otras informaciones o archivos procedentes de Internet y de la prensa común. En caso que usted encuentre alguna publicación de su propiedad y desee su retirada, sólo tiene que ponerse en contacto conmigo y sin demora atenderé su petición.




domingo, 28 de noviembre de 2010

¿QUÉ LES DEBE ISRAEL A LOS JUDÍOS DEL MUNDO?

El día 27 de los corrientes el diario digital israelí HAARETZ.COM publicó un artículo de Donniel Hartman que por su interés sobre las actuales negociaciones de paz en Oriente Medio, y la afinidad con criterios publicados en este blog, transcribo literalmente. Si bien la publicación en el diario Haaretz.com se ha efectuado en su inglés original, en este blog inserto la traducción en español efectuada por Ria Okret del Hartmaninstitute. Quienquiera que tenga interés en leer el artículo en su inglés original puede leerlo en mi otro blog, http://danielgarzonluna.blogspot.com



¿Qué les debe Israel a los judíos del mundo?
________________________________________
Publicado por: David Salischiker el 25 Noviembre 2010

Autor:
Donniel Hartman
Fuente:
Tu Meser - 25/11/2010

La relación entre Israel y la judería mundial – o para hablar con más exactitud – la disminución constante en la relación, es una de las principales preocupaciones del liderazgo institucional judío. ¿Qué se puede hacer para combatir la percibida desconexión y la alienación hacia Israel que va en aumento?

Un punto central de los esfuerzos está concentrado en mejorar las relaciones públicas y la educación de la judería mundial en lo que toca al caso a favor de Israel. Un aumento en la capacidad de los judíos de defender a Israel conducirá a un aumento paralelo en la afinidad hacia Israel y a una posible afiliación con el mismo.

Israel, sin embargo, no puede combatir la alienación a menos que cese de generarla y ser una de sus causas primarias. Si Israel quiere una judería mundial con una fuerte afinidad por Israel y sus necesidades, entonces debe tomar en consideración el impacto que sus políticas tienen en la judería mundial. Se trata no solamente de la legislación en cuestiones de conversión y de los derechos de los judíos liberales de rezar en el Kotel. Israel debe reconocer que sus decisiones en política exterior impactan tanto sobre las relaciones de los judíos con Israel como con sus relaciones con los países donde viven.

Durante décadas le hemos dicho a la judería mundial que puesto que no son sus hijos los que exponen sus vidas, deben permanecer en silencio y apoyar cualquier política propuesta por el gobierno israelí. Aunque hay mucho de cierto en este argumento, ha llegado el momento de reconocer que una de las causas de la alienación de Israel es el impacto negativo percibido respecto a las políticas israelíes en la forma en que los judíos se sienten alrededor del mundo. Una política indefendible o cuestionable avergüenza a los judíos y los expone a la crítica y al ridículo de sus conciudadanos.

Una judería mundial comprometida con Israel es una judería mundial a la que Israel le causa un impacto positivo tanto desde un punto de vista judío como personal. Es una judería mundial que conecta su identidad como judíos con el Estado de Israel. Como israelíes, es este tipo de de compromiso que anhelamos. Es hora que reconozcamos la responsabilidad que esto genera.

Un ejemplo gráfico es la reciente negociación entre Israel y los Estados Unidos respecto a una congelación adicional de tres meses en la construcción de los asentamientos. Si los informes son correctos, Israel trocó una congelación de asentamientos a cambio de jets 35 a un precio de ganga y garantías escritas acerca de cuestiones de seguridad.

Dejemos de lado el debate político acerca de la legitimidad de los asentamientos, su importancia para la futura seguridad o la falta de la misma para el Estado de Israel, y los peligros o beneficios de más gestos unilaterales de los israelíes hacia los palestinos para las futuras conversaciones de paz. El acuerdo es tan extraño y perturbador a tantos niveles que a menos que condenemos ipso facto tanto a los Estados Unidos como a Israel por ser cortos de vista, necesita urgentemente una explicación. No podemos cuestionar la inteligencia del Primer Ministro Netanyahu, la Secretaria de Estado Clinton, o el Presidente Obama. Si la congelación de los asentamientos es tolerable para la seguridad e intereses políticos israelíes, ¿por qué no estar de acuerdo cuando nuestro aliado más significativo nos lo pide? Por otra parte, si una congelación de 10 meses no fue efectiva ¿por qué es una congelación de tres meses adicionales tan deseable que los EE. UU. están dispuestos a sobornar a Israel para lograrlo?

El propósito de las promesas no es para Netanyahu, ni para nadie para quien el proceso de paz sea un esfuerzo serio. Su meta es proporcionarle a Netanyahu un soborno para sus compañeros de coalición, muchos de los cuales no ven ningún valor en negociar con los palestinos ni en asegurarse que los Estados Unidos e Israel estén sincronizados el uno con el otro. Como estos incentivos están ausentes se ofrecen incentivos materiales con la esperanza que compren votos. Esto es especialmente el caso en cuanto al Partido Shas, a quien Israel regularmente infantiliza comprándoles votos tanto literalmente como por medio de legislación religiosa.

Este paso de sobornar a los compañeros de coalición, no sólo exige un precio de la administración de los EE. UU., sino también de los judíos en el mundo. Es embarazoso para los judíos ver al gobierno israelí negociando con un amigo que ha estado junto a nosotros. Es una cosa que Israel no esté de acuerdo y defienda sus intereses cuando es necesario, aún aquellos que no coincidan con los intereses del gobierno de los Estados Unidos. Sin embargo lo hace sentir incómodo a un judío norteamericano acerca de su lealtad a Israel cuando las políticas de Israel no son conducidas de acuerdo a sus valores y necesidades de seguridad mayores, sino que en cambio ve a estos valores y necesidades ofrecidos en el mercado al mejor postor. Hace que los judíos norteamericanos se sientan vulnerables ante la crítica de sus compatriotas, que asocian las acciones de Israel con acciones judías.

Los judíos norteamericanos, y de hecho los judíos de todo el mundo se han debatido por décadas entre la consistencia y coherencia de su lealtad para con Israel y la lealtad para con sus patrias. La lealtad a Israel ha sido una fuente de orgullo y aumentó la identidad judía. Cuando Israel sacrifica la identificación de los judíos de todo el mudo con Israel en aras de los intereses a corto plazo de una coalición, empequeñece a Israel y da argumentos para la alienación.

Que Netanyahu lidere con principios, cualesquiera que fueren, y los judíos en todo el mundo podrán por lo menos respetar a Israel y su afiliación con el mismo. Que Netanyahu tome la responsabilidad de implementar la solución de dos estados por la que aboga públicamente y ponga el futuro de su coalición y su gobierno en línea con sus principios. Cuando haga esto, se encontrará menos preocupado acerca de la deslegitimización y encontrará que la comunidad judía de todo el mundo está de su lado y del de Israel.

Fuente: www.hartmaninstitute.com

Traducido por Ría Okret

¿QUÉ LES DEBE ISRAEL A LOS JUDÍOS DEL MUNDO?

El día 27 de los corrientes el diario digital israelí HAARETZ.COM publicó un artículo de Donniel Hartman que por su interés sobre las actuales negociaciones de paz en Oriente Medio, y la afinidad con criterios publicados en este blog, transcribo literalmente. Si bien la publicación en el diario Haaretz.com se ha efectuado en su inglés original, en este blog inserto la traducción en español efectuada por Ria Okret del Hartmaninstitute. Quienquiera que tenga interés en leer el artículo en su inglés original puede leerlo en mi otro blog, http://danielgarzonluna.blogspot.com



¿Qué les debe Israel a los judíos del mundo?
________________________________________
Publicado por: David Salischiker el 25 Noviembre 2010

Autor:
Donniel Hartman
Fuente:
Tu Meser - 25/11/2010

La relación entre Israel y la judería mundial – o para hablar con más exactitud – la disminución constante en la relación, es una de las principales preocupaciones del liderazgo institucional judío. ¿Qué se puede hacer para combatir la percibida desconexión y la alienación hacia Israel que va en aumento?

Un punto central de los esfuerzos está concentrado en mejorar las relaciones públicas y la educación de la judería mundial en lo que toca al caso a favor de Israel. Un aumento en la capacidad de los judíos de defender a Israel conducirá a un aumento paralelo en la afinidad hacia Israel y a una posible afiliación con el mismo.

Israel, sin embargo, no puede combatir la alienación a menos que cese de generarla y ser una de sus causas primarias. Si Israel quiere una judería mundial con una fuerte afinidad por Israel y sus necesidades, entonces debe tomar en consideración el impacto que sus políticas tienen en la judería mundial. Se trata no solamente de la legislación en cuestiones de conversión y de los derechos de los judíos liberales de rezar en el Kotel. Israel debe reconocer que sus decisiones en política exterior impactan tanto sobre las relaciones de los judíos con Israel como con sus relaciones con los países donde viven.

Durante décadas le hemos dicho a la judería mundial que puesto que no son sus hijos los que exponen sus vidas, deben permanecer en silencio y apoyar cualquier política propuesta por el gobierno israelí. Aunque hay mucho de cierto en este argumento, ha llegado el momento de reconocer que una de las causas de la alienación de Israel es el impacto negativo percibido respecto a las políticas israelíes en la forma en que los judíos se sienten alrededor del mundo. Una política indefendible o cuestionable avergüenza a los judíos y los expone a la crítica y al ridículo de sus conciudadanos.

Una judería mundial comprometida con Israel es una judería mundial a la que Israel le causa un impacto positivo tanto desde un punto de vista judío como personal. Es una judería mundial que conecta su identidad como judíos con el Estado de Israel. Como israelíes, es este tipo de de compromiso que anhelamos. Es hora que reconozcamos la responsabilidad que esto genera.

Un ejemplo gráfico es la reciente negociación entre Israel y los Estados Unidos respecto a una congelación adicional de tres meses en la construcción de los asentamientos. Si los informes son correctos, Israel trocó una congelación de asentamientos a cambio de jets 35 a un precio de ganga y garantías escritas acerca de cuestiones de seguridad.

Dejemos de lado el debate político acerca de la legitimidad de los asentamientos, su importancia para la futura seguridad o la falta de la misma para el Estado de Israel, y los peligros o beneficios de más gestos unilaterales de los israelíes hacia los palestinos para las futuras conversaciones de paz. El acuerdo es tan extraño y perturbador a tantos niveles que a menos que condenemos ipso facto tanto a los Estados Unidos como a Israel por ser cortos de vista, necesita urgentemente una explicación. No podemos cuestionar la inteligencia del Primer Ministro Netanyahu, la Secretaria de Estado Clinton, o el Presidente Obama. Si la congelación de los asentamientos es tolerable para la seguridad e intereses políticos israelíes, ¿por qué no estar de acuerdo cuando nuestro aliado más significativo nos lo pide? Por otra parte, si una congelación de 10 meses no fue efectiva ¿por qué es una congelación de tres meses adicionales tan deseable que los EE. UU. están dispuestos a sobornar a Israel para lograrlo?

El propósito de las promesas no es para Netanyahu, ni para nadie para quien el proceso de paz sea un esfuerzo serio. Su meta es proporcionarle a Netanyahu un soborno para sus compañeros de coalición, muchos de los cuales no ven ningún valor en negociar con los palestinos ni en asegurarse que los Estados Unidos e Israel estén sincronizados el uno con el otro. Como estos incentivos están ausentes se ofrecen incentivos materiales con la esperanza que compren votos. Esto es especialmente el caso en cuanto al Partido Shas, a quien Israel regularmente infantiliza comprándoles votos tanto literalmente como por medio de legislación religiosa.

Este paso de sobornar a los compañeros de coalición, no sólo exige un precio de la administración de los EE. UU., sino también de los judíos en el mundo. Es embarazoso para los judíos ver al gobierno israelí negociando con un amigo que ha estado junto a nosotros. Es una cosa que Israel no esté de acuerdo y defienda sus intereses cuando es necesario, aún aquellos que no coincidan con los intereses del gobierno de los Estados Unidos. Sin embargo lo hace sentir incómodo a un judío norteamericano acerca de su lealtad a Israel cuando las políticas de Israel no son conducidas de acuerdo a sus valores y necesidades de seguridad mayores, sino que en cambio ve a estos valores y necesidades ofrecidos en el mercado al mejor postor. Hace que los judíos norteamericanos se sientan vulnerables ante la crítica de sus compatriotas, que asocian las acciones de Israel con acciones judías.

Los judíos norteamericanos, y de hecho los judíos de todo el mundo se han debatido por décadas entre la consistencia y coherencia de su lealtad para con Israel y la lealtad para con sus patrias. La lealtad a Israel ha sido una fuente de orgullo y aumentó la identidad judía. Cuando Israel sacrifica la identificación de los judíos de todo el mudo con Israel en aras de los intereses a corto plazo de una coalición, empequeñece a Israel y da argumentos para la alienación.

Que Netanyahu lidere con principios, cualesquiera que fueren, y los judíos en todo el mundo podrán por lo menos respetar a Israel y su afiliación con el mismo. Que Netanyahu tome la responsabilidad de implementar la solución de dos estados por la que aboga públicamente y ponga el futuro de su coalición y su gobierno en línea con sus principios. Cuando haga esto, se encontrará menos preocupado acerca de la deslegitimización y encontrará que la comunidad judía de todo el mundo está de su lado y del de Israel.

Fuente: www.hartmaninstitute.com

Traducido por Ría Okret

sábado, 27 de noviembre de 2010

¿QUÉ DEBE ISRAEL A LOS JUDIOS DEL MUNDO? (Traducción del titular)

El día 27 de los corrientes el diario digital israelí HAARETZ.COM publicó un artículo de Donniel Hartman que por su interés sobre las actuales negociaciones de paz en Oriente Medio y la afinidad con criterios publicados en este blog transcribo literalmente en su inglés original. Quienquiera que tenga necesidad de traducción al español o a algún otro idioma puede utilizar el traductor de este blog.


What Does Israel Owe the Jews of the World? (21/11/2010)

By DONNIEL HARTMAN

The relationship between Israel and world Jewry - or more accurately - the diminishing relationship, is at the fore of Jewish institutional and leadership concern today. What can be done to combat the perceived disengagement from and increased alienation toward Israel?

One focus of the efforts is on improved public relations and education of world Jewry as to the case for Israel. An increased ability by Jews to defend Israel to others will lead to a parallel increase in affinity toward and possibly affiliation with Israel.

Israel, however, cannot combat alienation unless it ceases to generate it and be one of its primary causes. If Israel wants a Jewish world with a strong affinity toward Israel and its needs, it must also take into account the impact of its policies on world Jewry. At issue is not only legislation on issues of conversion and the rights of liberal Jews to pray at the Kotel. Israel must recognize that its foreign policy moves equally impact both on Jews' relationships with Israel, and also on their relationship to their home countries.

For decades, we have told world Jewry that since their children's lives aren’t on the line, they must remain silent and support any policy set forth by the Israeli government. While there is much truth to this argument, it is time to recognize that one of the causes for alienation from Israel is the perceived negative impact of Israel's policies on the way Jews feel around the world. An indefensible or questionable policy embarrasses Jews and exposes them to criticism and ridicule by their fellow citizens.

A world Jewry engaged with Israel is a world Jewry impacted Jewishly and personally by Israel. It is a world Jewry that connects its identity as Jews with the State of Israel. As Israelis, it is this type of engagement for which we yearn. It is time that we recognize the responsibility that it generates.

An example in point is the recent negotiations between Israel and the United States regarding an additional three-month settlement freeze. If the reports are accurate, Israel has bartered a freeze in return for F-35 fighter jets at a bargain price and written US assurances on security issues.

Let's leave aside the political debate regarding the legitimacy of the settlements, their importance or lack thereof for the future security of the State of Israel, and the dangers or benefits of further unilateral Israeli gestures toward the Palestinians for the future of the peace talks. The deal between Israel and the United States is so bizarre and troubling on so many levels that short of a blanket condemnation of both the United States and Israel for short-sightedness, it begs for an explanation. One cannot question the intelligence of Prime Minister Netanyahu, Secretary of State Clinton or President Obama. If the settlement freeze is tolerable to Israel's security and political interests, why not agree to it when our most significant ally asks? On the other hand, if a 10-month freeze was ineffectual why is an additional three-month freeze the object of such desire that the US is willing to bribe Israel to achieve it?

The purpose of the promises is not for Netanyahu, nor for anyone for whom the peace process is a serious endeavor. Its aim is to provide Netanyahu with a bribe for his coalition partners, many of whom see no value in negotiating with the Palestinians, nor with ensuring that Israel and the United States be in sync with each other. Absent these incentives, material ones are offered instead with the hope that they will buy votes. This is especially the case when it comes to the Shas Party, whom Israel regularly infantilizes by buying its votes both literally and through religious legislation.

This move to bribe coalition partners, however, not only extracts a price from the US administration, but from Jews around the world. It is embarrassing for Jews to see the Israeli government hondle with a friend who has been at our side. It is one thing for Israel to disagree and stand for its interests when necessary, even if those do not coincide with the interests of the United States government. However, it makes an American Jew uncomfortable with his or her loyalty to Israel when Israel's policies are not led by its values and larger security needs, but instead sees these values and needs put on the trading block for the highest bid. It causes American Jews to feel vulnerable to the critique of their fellow citizens, who associate Israel's actions with Jewish ones.

American Jews, and in fact Jews around the world, have for decades argued for the consistency and coherency of their loyalty to Israel with the loyalty they have to their home countries. Loyalty to Israel has been a source of pride and enhanced Jewish identity. When Israel sacrifices the identification of Jews around the world with Israel on the altar of short-term coalition interests, it belittles Israel and makes a case for alienation.

Let Netanyahu lead with principles, whatever they may be, and Jews around the world will at least be able to respect Israel and their affiliation with it. Let Netanyahu take responsibility for implementing the two-state solution that he publicly advocates and put the future of his coalition and his government on the line for his principles. When he does this, he will find himself less worried about Israel delegitimization and will find a Jewish community around the world at his and Israel's side.

¿QUÉ DEBE ISRAEL A LOS JUDIOS DEL MUNDO? (Traducción del titular)

El día 27 de los corrientes el diario digital israelí HAARETZ.COM publicó un artículo de Donniel Hartman que por su interés sobre las actuales negociaciones de paz en Oriente Medio y la afinidad con criterios publicados en este blog transcribo literalmente en su inglés original. Quienquiera que tenga necesidad de traducción al español o a algún otro idioma puede utilizar el traductor de este blog.


What Does Israel Owe the Jews of the World? (21/11/2010)

By DONNIEL HARTMAN

The relationship between Israel and world Jewry - or more accurately - the diminishing relationship, is at the fore of Jewish institutional and leadership concern today. What can be done to combat the perceived disengagement from and increased alienation toward Israel?

One focus of the efforts is on improved public relations and education of world Jewry as to the case for Israel. An increased ability by Jews to defend Israel to others will lead to a parallel increase in affinity toward and possibly affiliation with Israel.

Israel, however, cannot combat alienation unless it ceases to generate it and be one of its primary causes. If Israel wants a Jewish world with a strong affinity toward Israel and its needs, it must also take into account the impact of its policies on world Jewry. At issue is not only legislation on issues of conversion and the rights of liberal Jews to pray at the Kotel. Israel must recognize that its foreign policy moves equally impact both on Jews' relationships with Israel, and also on their relationship to their home countries.

For decades, we have told world Jewry that since their children's lives aren’t on the line, they must remain silent and support any policy set forth by the Israeli government. While there is much truth to this argument, it is time to recognize that one of the causes for alienation from Israel is the perceived negative impact of Israel's policies on the way Jews feel around the world. An indefensible or questionable policy embarrasses Jews and exposes them to criticism and ridicule by their fellow citizens.

A world Jewry engaged with Israel is a world Jewry impacted Jewishly and personally by Israel. It is a world Jewry that connects its identity as Jews with the State of Israel. As Israelis, it is this type of engagement for which we yearn. It is time that we recognize the responsibility that it generates.

An example in point is the recent negotiations between Israel and the United States regarding an additional three-month settlement freeze. If the reports are accurate, Israel has bartered a freeze in return for F-35 fighter jets at a bargain price and written US assurances on security issues.

Let's leave aside the political debate regarding the legitimacy of the settlements, their importance or lack thereof for the future security of the State of Israel, and the dangers or benefits of further unilateral Israeli gestures toward the Palestinians for the future of the peace talks. The deal between Israel and the United States is so bizarre and troubling on so many levels that short of a blanket condemnation of both the United States and Israel for short-sightedness, it begs for an explanation. One cannot question the intelligence of Prime Minister Netanyahu, Secretary of State Clinton or President Obama. If the settlement freeze is tolerable to Israel's security and political interests, why not agree to it when our most significant ally asks? On the other hand, if a 10-month freeze was ineffectual why is an additional three-month freeze the object of such desire that the US is willing to bribe Israel to achieve it?

The purpose of the promises is not for Netanyahu, nor for anyone for whom the peace process is a serious endeavor. Its aim is to provide Netanyahu with a bribe for his coalition partners, many of whom see no value in negotiating with the Palestinians, nor with ensuring that Israel and the United States be in sync with each other. Absent these incentives, material ones are offered instead with the hope that they will buy votes. This is especially the case when it comes to the Shas Party, whom Israel regularly infantilizes by buying its votes both literally and through religious legislation.

This move to bribe coalition partners, however, not only extracts a price from the US administration, but from Jews around the world. It is embarrassing for Jews to see the Israeli government hondle with a friend who has been at our side. It is one thing for Israel to disagree and stand for its interests when necessary, even if those do not coincide with the interests of the United States government. However, it makes an American Jew uncomfortable with his or her loyalty to Israel when Israel's policies are not led by its values and larger security needs, but instead sees these values and needs put on the trading block for the highest bid. It causes American Jews to feel vulnerable to the critique of their fellow citizens, who associate Israel's actions with Jewish ones.

American Jews, and in fact Jews around the world, have for decades argued for the consistency and coherency of their loyalty to Israel with the loyalty they have to their home countries. Loyalty to Israel has been a source of pride and enhanced Jewish identity. When Israel sacrifices the identification of Jews around the world with Israel on the altar of short-term coalition interests, it belittles Israel and makes a case for alienation.

Let Netanyahu lead with principles, whatever they may be, and Jews around the world will at least be able to respect Israel and their affiliation with it. Let Netanyahu take responsibility for implementing the two-state solution that he publicly advocates and put the future of his coalition and his government on the line for his principles. When he does this, he will find himself less worried about Israel delegitimization and will find a Jewish community around the world at his and Israel's side.

lunes, 22 de noviembre de 2010

NEGOCIACIONES DE PAZ EN ORIENTE MEDIO. ¿ESTÁ ISRAEL EN VÍAS DE PASARSE DE ROSCA CON LOS EEUU?

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NEGOCIACIONES DE PAZ EN ORIENTE MEDIO: ¿ESTÁ ISRAEL EN VÍAS DE PASARSE DE ROSCA CON LOS EEUU?
Si no se está pasando de rosca tal vez sí haya lugar a decir eso de que “donde hay confianza da asco”. Las últimas noticias sobre la entrevista mantenida en Washington entre Netanyahu y la administración Obama constatan, según el comentario de Zvi Bar’el publicado el pasado día 21 en el diario digital de Israel HAARETZ.com, una actitud extremadamente exigente por parte de Israel que pone y exige a Washington una serie de condicionantes para ampliar la moratoria a la construcción de los asentamiento judíos en Cisjordania tales como el compromiso de la entrega de 20 aviones ‘INVISIBLES’ F-35, el último grito en avión de combate, con un coste de TRES BILLONES de dólares, a cambio de 90 días de prolongación de la moratoria,….y todo ello por escrito, por muy revulsivo que parezca. Este planteamiento por parte de Israel se sale de lo normal hacia un socio de demostrada lealtad y bordea la extorsión hacia la administración Obama que está dando más que pruebas de estar dispuesta a conseguir un acuerdo de paz duradera entre judíos y palestinos. No dice nada positivo a favor de Israel el presionar a los EEUU de una manera tan brutal y descarada pues esta actitud conlleva a la creencia que los radicales del Estado judío piensan que la paz que pudiera conseguirse en el conflicto judío/palestino es un problema más de los EEUU que de ellos mismos y que a los EEUU les va en ello su subsistencia y la vida el conseguir un acuerdo de paz en Oriente Medio. Dan la impresión de que son los EEUU los que están en conflicto con Palestina y los que tienen una acuciante necesidad del acuerdo de paz y no Israel.

Craso error el ‘atornillar’ de semejante manera al gigante americano que, aunque gigante, no hay que olvidar que no es el único poder sobre la tierra y que hay otras potencias en el mundo, como pudieran ser China y Rusia, además de la UE, que también tienen algo que decir en lo que el respaldo a las concesiones que hagan los EEUU a Israel en lo que se refiere a lo que se salga de la disposición de bienes propios, como es este caso de los 20 F-35, para pasar a ser de ámbito general, como pudiera ser las garantías exigidas por Israel sobre su seguridad en el valle del Jordán, garantías que serán papel mojado si no cuentan con el respaldo de las grandes potenciales mundiales. No hay la menor duda que las potencias del mundo no dudarán en respaldar un tratado de paz en Oriente Medio, como lo acaban de hacer público Rusia y China, que sea justo y asumible en aras de la paz mundial, pero difícilmente podrá haber acuerdo si antes de entrar en materia en las negociaciones los radicales por parte judía se resisten a prorrogar la moratoria en las construcciones de los asentamientos en Cisjordania que, por lo visto, les va la vida en ello el continuar con la construcción. El equipo negociador israelí, especialmente Netanyahu, debe tener más que claro que no puede haber acuerdo del agrado de todo el arco parlamentario israelí y que es más que posible que los que consigan el acuerdo, si es un acuerdo justo, habrán firmado su ‘defunción’ como gobernantes destacados de Israel, riesgo más que probable, pero las futuras generaciones judías les colocarán en la Historia como los hombres que, decididamente, apostaron por la paz contra viento y marea con consecuencias para sí mismos tales como el propio haraquiri de la vida política israelí.

Las partes negociadoras interesadas y los mediadores deben tener claro que el acuerdo que resulte de estas negociaciones, que forzosamente tiene que pasar por un Estado palestino y un reconocimiento sin dobleces del Estado de Israel por Palestina y las naciones árabes, tiene que contar con el respaldo en lo político y en lo económico de la comunidad internacional y no puede ser un acuerdo entre ‘cuatro amigos’ cuyos condicionantes, que sin duda los habrá, no puedan ser asumidos por injustos o irreales por la comunidad internacional.

A toda esta ‘movida’ sobre la prolongación de la moratoria sobre las construcciones judías en Cisjordania da lugar a la siguiente interrogante: ¿No estará adoptando Israel una posición tal de intransigencia con la minucia de la moratoria en la construcción de los asentamientos que da que pensar que otras cuestiones de verdadero calado en las que entrarán en la negociación harán imposible un acuerdo de paz? ¿No es esta actitud de prepotencia de vencedor que en el cenit del poder no asume que el poder suele ser efímero y que algún día podrían cambiarse las tornas y que es el momento de sellar una paz justa en la que corresponde a Israel ser el más generoso por ser el más fuerte para que pueda cristalizar?

CONCLUSIÓN: Parece ser que ha llegado la hora de que los cuantos que más gritan y que parecen llevar la batuta sobre la marcha de las negociaciones sean puestos en sus respectivos sitios por los aspirantes de la paz en Oriente Medio para lo que es necesario que éstos salgan de sus cuarteles de invierno y que por referéndum, si fuese preciso, den respaldo a estas negociaciones de paz que puede que sean la última oportunidad de paz para Oriente Medio.

Las Palmas de Gran Canaria, 22 de noviembre de 2010.
Daniel Garzón Luna

NEGOCIACIONES DE PAZ EN ORIENTE MEDIO. ¿ESTÁ ISRAEL EN VÍAS DE PASARSE DE ROSCA CON LOS EEUU?

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NEGOCIACIONES DE PAZ EN ORIENTE MEDIO: ¿ESTÁ ISRAEL EN VÍAS DE PASARSE DE ROSCA CON LOS EEUU?
Si no se está pasando de rosca tal vez sí haya lugar a decir eso de que “donde hay confianza da asco”. Las últimas noticias sobre la entrevista mantenida en Washington entre Netanyahu y la administración Obama constatan, según el comentario de Zvi Bar’el publicado el pasado día 21 en el diario digital de Israel HAARETZ.com, una actitud extremadamente exigente por parte de Israel que pone y exige a Washington una serie de condicionantes para ampliar la moratoria a la construcción de los asentamiento judíos en Cisjordania tales como el compromiso de la entrega de 20 aviones ‘INVISIBLES’ F-35, el último grito en avión de combate, con un coste de TRES BILLONES de dólares, a cambio de 90 días de prolongación de la moratoria,….y todo ello por escrito, por muy revulsivo que parezca. Este planteamiento por parte de Israel se sale de lo normal hacia un socio de demostrada lealtad y bordea la extorsión hacia la administración Obama que está dando más que pruebas de estar dispuesta a conseguir un acuerdo de paz duradera entre judíos y palestinos. No dice nada positivo a favor de Israel el presionar a los EEUU de una manera tan brutal y descarada pues esta actitud conlleva a la creencia que los radicales del Estado judío piensan que la paz que pudiera conseguirse en el conflicto judío/palestino es un problema más de los EEUU que de ellos mismos y que a los EEUU les va en ello su subsistencia y la vida el conseguir un acuerdo de paz en Oriente Medio. Dan la impresión de que son los EEUU los que están en conflicto con Palestina y los que tienen una acuciante necesidad del acuerdo de paz y no Israel.

Craso error el ‘atornillar’ de semejante manera al gigante americano que, aunque gigante, no hay que olvidar que no es el único poder sobre la tierra y que hay otras potencias en el mundo, como pudieran ser China y Rusia, además de la UE, que también tienen algo que decir en lo que el respaldo a las concesiones que hagan los EEUU a Israel en lo que se refiere a lo que se salga de la disposición de bienes propios, como es este caso de los 20 F-35, para pasar a ser de ámbito general, como pudiera ser las garantías exigidas por Israel sobre su seguridad en el valle del Jordán, garantías que serán papel mojado si no cuentan con el respaldo de las grandes potenciales mundiales. No hay la menor duda que las potencias del mundo no dudarán en respaldar un tratado de paz en Oriente Medio, como lo acaban de hacer público Rusia y China, que sea justo y asumible en aras de la paz mundial, pero difícilmente podrá haber acuerdo si antes de entrar en materia en las negociaciones los radicales por parte judía se resisten a prorrogar la moratoria en las construcciones de los asentamientos en Cisjordania que, por lo visto, les va la vida en ello el continuar con la construcción. El equipo negociador israelí, especialmente Netanyahu, debe tener más que claro que no puede haber acuerdo del agrado de todo el arco parlamentario israelí y que es más que posible que los que consigan el acuerdo, si es un acuerdo justo, habrán firmado su ‘defunción’ como gobernantes destacados de Israel, riesgo más que probable, pero las futuras generaciones judías les colocarán en la Historia como los hombres que, decididamente, apostaron por la paz contra viento y marea con consecuencias para sí mismos tales como el propio haraquiri de la vida política israelí.

Las partes negociadoras interesadas y los mediadores deben tener claro que el acuerdo que resulte de estas negociaciones, que forzosamente tiene que pasar por un Estado palestino y un reconocimiento sin dobleces del Estado de Israel por Palestina y las naciones árabes, tiene que contar con el respaldo en lo político y en lo económico de la comunidad internacional y no puede ser un acuerdo entre ‘cuatro amigos’ cuyos condicionantes, que sin duda los habrá, no puedan ser asumidos por injustos o irreales por la comunidad internacional.

A toda esta ‘movida’ sobre la prolongación de la moratoria sobre las construcciones judías en Cisjordania da lugar a la siguiente interrogante: ¿No estará adoptando Israel una posición tal de intransigencia con la minucia de la moratoria en la construcción de los asentamientos que da que pensar que otras cuestiones de verdadero calado en las que entrarán en la negociación harán imposible un acuerdo de paz? ¿No es esta actitud de prepotencia de vencedor que en el cenit del poder no asume que el poder suele ser efímero y que algún día podrían cambiarse las tornas y que es el momento de sellar una paz justa en la que corresponde a Israel ser el más generoso por ser el más fuerte para que pueda cristalizar?

CONCLUSIÓN: Parece ser que ha llegado la hora de que los cuantos que más gritan y que parecen llevar la batuta sobre la marcha de las negociaciones sean puestos en sus respectivos sitios por los aspirantes de la paz en Oriente Medio para lo que es necesario que éstos salgan de sus cuarteles de invierno y que por referéndum, si fuese preciso, den respaldo a estas negociaciones de paz que puede que sean la última oportunidad de paz para Oriente Medio.

Las Palmas de Gran Canaria, 22 de noviembre de 2010.
Daniel Garzón Luna

viernes, 5 de noviembre de 2010

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GIBRALTAR Y LA NUEVA MINISTRA DE EXTERIORES: ENTRAR CON MALA PATA

Nuestra nueva ministra de Asuntos Exteriores, la señora Trinidad Jiménez, ha debutado con el contencioso de Gibraltar con unas declaraciones que dejan bien claro, según lo publicado por el diario digital “EUROPAPRESS.ES” del día 2 de los corrientes, que “tiene como objetivo la recuperación de la soberanía de dicho territorio” un objetivo que, ha recordado, “han compartido todos los gobiernos sin excepción” ….. y se ha quedado tan pancha. A esto se le puede llamar inaugurar la Cartera de Exteriores con mala pata, no mala pata para la señora Ministra precisamente por haberle tocado el ‘marrón’ de Gibraltar sino que es la Cartera de Exteriores la que está condenada a la mala pata por parte de sus titulares que una vez y la otra también ocupan el Palacio de Santa Cruz con escasísimos conocimientos de lo que se cuece en los entresijos de la diplomacia española. Que una señora ministra inaugure su discurso sobre Gibraltar diciendo que España quiere recuperar la soberanía sobre la plaza es para encomendarse al Altísimo por lo que nos espera vivir todavía sobre el tema Gibraltar, pues resulta de lo más sorprendente que la señora Ministra diga ante las ‘alcachofas’ que va a pedir a los británicos la soberanía sobre Gibraltar, es decir, va a pedirles algo que ya es nuestro y nunca ha dejado de serlo ¿Era tan difícil para la nueva inquilina del Palacio de Santa Cruz el haberse leído e interpretado el Tratado de Utrecht, y el Artículo X en especial, para enterarse de lo que le cedimos en 1713 a los británicos y lo que nunca les cedimos antes de abrir la boca y lanzarse a hacer declaraciones sobre tema tan enrevesado? ¿Es consciente la señora Ministra de Exteriores que, con relación al Peñón, le están tomando la medida en Gran Bretaña y en el propio Peñón y que cada palabra que diga será analizada minuciosamente por sus expertos para saber exactamente por donde respira y qué tajada le pueden sacar a su Ministerio con relación a Gibraltar en base a sus debilidades? ¿Es consciente la señora Ministra que en este caso la mayor debilidad será la ignorancia sobre lo que está encima de la mesa? Por de pronto, al decir que su objetivo es el de recuperar la soberanía de Gibraltar está demostrando la señora Ministra un grado de ignorancia extrema porque, si fuese el caso que la soberanía fuese británica, cosa que ella parecer haber asumido ya a juzgar por sus declaraciones, no existiría la mínima duda que los del Foreign Office habrían expandido a lo largo y ancho del orbe que Inglaterra ostenta la soberanía y, con ello, el derecho a la jurisdicción de aguas territoriales, también sobre el espacio aérea del Peñón, y, además, el derecho a perforar en profundidad hasta las entrañas de la Tierra si fuese de su agrado e interés, además de que está dispuesta a defender dicha soberanía con toda su Navy y el resto del ejército inglés, si fuese necesario.

Los posicionamientos de la diplomacia española con relación a Gibraltar suena ya a ciencia ficción porque, si los ministros que ha tenido España en Asuntos Exteriores desde Morán para acá (Morán, Piqué, Matute, Moratinos) se empeñaron en presentar a Gran Bretaña la petición formal de que queremos recuperar la soberanía del Peñón, me da que los británicos, y también los colonos del peñón, se han estado frotando las manos, ¡cómo no! y se estarán riendo a mandíbula batiente a costa de la ignorancia que anida y es intrínseca en el Palacio de Santa Cruz desde hace décadas. Para ellos es fenomenal que sus interlocutores españoles comiencen por pedirles algo que nunca han tenido y que nunca dejó de ser español que es la soberanía del Peñón de Gibraltar. Les va de maravillas que la diplomacia española se entretenga con ese ‘hueso’ porque a ellos ni les da ni les quita que España pida algo que ellos no puedan dar, porque no lo tienen, pero sí les va como anillo al dedo que la diplomacia española así lo siga creyendo con lo que se les da pábilo a los británicos para creerse realmente que ostentan la soberanía sobre Gibraltar, sus aguas y su cielo, además del subsuelo. Consecuentemente, no dejará de resultar divertido para el Foreign Office británico el tener una interlocutora que ya de entrada reconoce el disparate de que la soberanía la ostenta Gran Bretaña y ya de entrada se propone pedirles su devolución a España. Cuando el cabeza principal de la diplomacia española confunde propiedad con soberanía, como está siendo el caso con los ministros que han pasado por el Palacio de Santa Cruz en las tres últimas décadas, pocos resultados positivos puede conseguirse de los británicos. Cuando el negociador no tiene claro cuál es la diferencia entre propiedad y soberanía la cosa adquiere tintes que nos puede llevar a la risa si no fuese la cosa tan seria y no se tratase de nuestra señora Ministra de Asuntos Exteriores la interlocutora.

Como por las declaraciones a la prensa mencionadas la señora Ministra demuestra no conocer el contenido del Tratado de Utrecht, a continuación transcribo literalmente el Artículo X que se ocupa de la entrega de la propiedad del Peñón a los británicos, artículo que no deja la más mínima duda de que no hubo cesión de soberanía sino simplemente una entrega de una propiedad con sus correspondientes límites debidamente marcados en el croquis pertinente.

“El Artículo X del Tratado de Utrecht fija el siguiente ‘status’ jurídico de la fortaleza:

“El Rey Católico, por sí y por sus herederos, cede por este Tratado a la Corona de la Gran Bretaña la plena y entera propiedad de la ciudad y del castillo de Gibraltar, juntamente con su puerto, defensas y fortaleza que le pertenecen, dando la dicha propiedad absolutamente para que la tenga y goce en entero derecho, y para siempre, sin excepción ni impedimento alguno.”
El párrafo segundo del Tratado dice lo siguiente:
“Pero, para evitar cualesquiera abusos y fraude en la introducción de las mercaderías, quiere el Rey Católico, y supone que así se ha de entender, que la dicha propiedad se cede a la Gran Bretaña sin jurisdicción alguna territorial y sin comunicación alguna con el país circunvecino por parte de tierra. ………….”


Por otra parte, y como quiera que los colonos y los colonizadores del Peñón deben tener claro cuál es la actitud española con relación a la colonia, ha lugar a dar la respuesta adecuada al gallito llanito Caruana y prohibir ipso facto la venta de más escombros para el relleno de los terrenos que están robando al mar español en la colonia y prohibir terminantemente a la propiedad de la cantera que está suministrando los escombros o piedras el seguir suministrándolos, debiéndose proceder al cierre y precinto de la misma si continuase haciéndolo. Por otra parte, y para general conocimiento de la ciudadanía, los nombres de los responsables de la empresa propietaria de la cantera deben hacerse público de modo que se sepa quién o quienes se están enriqueciendo a costa de vender piedras sacadas del suelo español a la colonia para aumentar las dimensiones del suelo del Peñón a costa de aguas de jurisdicción española. Igualmente se debe poner en marcha de inmediato una inspección de Medio Ambiente que constate si la cantera en cuestión opera con total legalidad en lo referente a las normas y disposiciones de Medio Ambiente en lo referente a las actividades mineras o extracción de piedra.



Las Palmas de Gran Canaria, 5 de noviembre de 2010.
Daniel Garzón Luna
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GIBRALTAR Y LA NUEVA MINISTRA DE EXTERIORES: ENTRAR CON MALA PATA

Nuestra nueva ministra de Asuntos Exteriores, la señora Trinidad Jiménez, ha debutado con el contencioso de Gibraltar con unas declaraciones que dejan bien claro, según lo publicado por el diario digital “EUROPAPRESS.ES” del día 2 de los corrientes, que “tiene como objetivo la recuperación de la soberanía de dicho territorio” un objetivo que, ha recordado, “han compartido todos los gobiernos sin excepción” ….. y se ha quedado tan pancha. A esto se le puede llamar inaugurar la Cartera de Exteriores con mala pata, no mala pata para la señora Ministra precisamente por haberle tocado el ‘marrón’ de Gibraltar sino que es la Cartera de Exteriores la que está condenada a la mala pata por parte de sus titulares que una vez y la otra también ocupan el Palacio de Santa Cruz con escasísimos conocimientos de lo que se cuece en los entresijos de la diplomacia española. Que una señora ministra inaugure su discurso sobre Gibraltar diciendo que España quiere recuperar la soberanía sobre la plaza es para encomendarse al Altísimo por lo que nos espera vivir todavía sobre el tema Gibraltar, pues resulta de lo más sorprendente que la señora Ministra diga ante las ‘alcachofas’ que va a pedir a los británicos la soberanía sobre Gibraltar, es decir, va a pedirles algo que ya es nuestro y nunca ha dejado de serlo ¿Era tan difícil para la nueva inquilina del Palacio de Santa Cruz el haberse leído e interpretado el Tratado de Utrecht, y el Artículo X en especial, para enterarse de lo que le cedimos en 1713 a los británicos y lo que nunca les cedimos antes de abrir la boca y lanzarse a hacer declaraciones sobre tema tan enrevesado? ¿Es consciente la señora Ministra de Exteriores que, con relación al Peñón, le están tomando la medida en Gran Bretaña y en el propio Peñón y que cada palabra que diga será analizada minuciosamente por sus expertos para saber exactamente por donde respira y qué tajada le pueden sacar a su Ministerio con relación a Gibraltar en base a sus debilidades? ¿Es consciente la señora Ministra que en este caso la mayor debilidad será la ignorancia sobre lo que está encima de la mesa? Por de pronto, al decir que su objetivo es el de recuperar la soberanía de Gibraltar está demostrando la señora Ministra un grado de ignorancia extrema porque, si fuese el caso que la soberanía fuese británica, cosa que ella parecer haber asumido ya a juzgar por sus declaraciones, no existiría la mínima duda que los del Foreign Office habrían expandido a lo largo y ancho del orbe que Inglaterra ostenta la soberanía y, con ello, el derecho a la jurisdicción de aguas territoriales, también sobre el espacio aérea del Peñón, y, además, el derecho a perforar en profundidad hasta las entrañas de la Tierra si fuese de su agrado e interés, además de que está dispuesta a defender dicha soberanía con toda su Navy y el resto del ejército inglés, si fuese necesario.

Los posicionamientos de la diplomacia española con relación a Gibraltar suena ya a ciencia ficción porque, si los ministros que ha tenido España en Asuntos Exteriores desde Morán para acá (Morán, Piqué, Matute, Moratinos) se empeñaron en presentar a Gran Bretaña la petición formal de que queremos recuperar la soberanía del Peñón, me da que los británicos, y también los colonos del peñón, se han estado frotando las manos, ¡cómo no! y se estarán riendo a mandíbula batiente a costa de la ignorancia que anida y es intrínseca en el Palacio de Santa Cruz desde hace décadas. Para ellos es fenomenal que sus interlocutores españoles comiencen por pedirles algo que nunca han tenido y que nunca dejó de ser español que es la soberanía del Peñón de Gibraltar. Les va de maravillas que la diplomacia española se entretenga con ese ‘hueso’ porque a ellos ni les da ni les quita que España pida algo que ellos no puedan dar, porque no lo tienen, pero sí les va como anillo al dedo que la diplomacia española así lo siga creyendo con lo que se les da pábilo a los británicos para creerse realmente que ostentan la soberanía sobre Gibraltar, sus aguas y su cielo, además del subsuelo. Consecuentemente, no dejará de resultar divertido para el Foreign Office británico el tener una interlocutora que ya de entrada reconoce el disparate de que la soberanía la ostenta Gran Bretaña y ya de entrada se propone pedirles su devolución a España. Cuando el cabeza principal de la diplomacia española confunde propiedad con soberanía, como está siendo el caso con los ministros que han pasado por el Palacio de Santa Cruz en las tres últimas décadas, pocos resultados positivos puede conseguirse de los británicos. Cuando el negociador no tiene claro cuál es la diferencia entre propiedad y soberanía la cosa adquiere tintes que nos puede llevar a la risa si no fuese la cosa tan seria y no se tratase de nuestra señora Ministra de Asuntos Exteriores la interlocutora.

Como por las declaraciones a la prensa mencionadas la señora Ministra demuestra no conocer el contenido del Tratado de Utrecht, a continuación transcribo literalmente el Artículo X que se ocupa de la entrega de la propiedad del Peñón a los británicos, artículo que no deja la más mínima duda de que no hubo cesión de soberanía sino simplemente una entrega de una propiedad con sus correspondientes límites debidamente marcados en el croquis pertinente.

“El Artículo X del Tratado de Utrecht fija el siguiente ‘status’ jurídico de la fortaleza:

“El Rey Católico, por sí y por sus herederos, cede por este Tratado a la Corona de la Gran Bretaña la plena y entera propiedad de la ciudad y del castillo de Gibraltar, juntamente con su puerto, defensas y fortaleza que le pertenecen, dando la dicha propiedad absolutamente para que la tenga y goce en entero derecho, y para siempre, sin excepción ni impedimento alguno.”
El párrafo segundo del Tratado dice lo siguiente:
“Pero, para evitar cualesquiera abusos y fraude en la introducción de las mercaderías, quiere el Rey Católico, y supone que así se ha de entender, que la dicha propiedad se cede a la Gran Bretaña sin jurisdicción alguna territorial y sin comunicación alguna con el país circunvecino por parte de tierra. ………….”


Por otra parte, y como quiera que los colonos y los colonizadores del Peñón deben tener claro cuál es la actitud española con relación a la colonia, ha lugar a dar la respuesta adecuada al gallito llanito Caruana y prohibir ipso facto la venta de más escombros para el relleno de los terrenos que están robando al mar español en la colonia y prohibir terminantemente a la propiedad de la cantera que está suministrando los escombros o piedras el seguir suministrándolos, debiéndose proceder al cierre y precinto de la misma si continuase haciéndolo. Por otra parte, y para general conocimiento de la ciudadanía, los nombres de los responsables de la empresa propietaria de la cantera deben hacerse público de modo que se sepa quién o quienes se están enriqueciendo a costa de vender piedras sacadas del suelo español a la colonia para aumentar las dimensiones del suelo del Peñón a costa de aguas de jurisdicción española. Igualmente se debe poner en marcha de inmediato una inspección de Medio Ambiente que constate si la cantera en cuestión opera con total legalidad en lo referente a las normas y disposiciones de Medio Ambiente en lo referente a las actividades mineras o extracción de piedra.



Las Palmas de Gran Canaria, 5 de noviembre de 2010.
Daniel Garzón Luna

sábado, 23 de octubre de 2010

GIBRALTAR: CUANDO NIÑOS JUEGAN CON FUEGO EN UNA GASOLINERA








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GIBRALTAR: CUANDO NIÑOS JUEGAN CON FUEGO EN UNA GASOLINERA

Últimamente están ocurriendo cosas en el Campo de Gibraltar que dan pie para preocuparse porque cuando entran en escena fuerzas armadas, tanto si son policiales como militares, hay razones para pensar que cualquier desaprensivo ligero de cascos puede hacer saltar la chispa que haga volar por los aires toda la ‘gasolinera’ y todo lo que le rodea. Se da el caso en el tema Gibraltar que siendo un asunto tan espinoso como lo es haya caído en manos de dos mentes simplistas como son la del ministro Moratinos y la del primer ministro de Gibraltar, Peter Caruana. En peores manos no podía caer un contencioso de 300 años que estas dos figuras tratan de arreglar por la vía del simplismo y el amiguismo, lo que significa y nos lleva ya a constatar que el desarreglo está garantizado. Para presentar un plano de la situación creada no hay más remedio que desmenuzar a vuelo de pájaro algunos acontecimientos que desde el 2004 se vienen sucediendo en Gibraltar y las aguas españolas que lo circundan. Veamos:

En el 2004, a poco de asumir la presidencia de España Rodríguez Zapatero, se creó una comisión, llamada Foro Tripartito, por la cual el primer ministro de la colonia, el llanito Caruana, pasaba a tener silla, voz y voto en las reuniones que sobre la problemática de Gibraltar se fueran suscitando, además de las existentes de todos los tiempos. Decir que por parte de España fue un desatino el aceptar en una mesa de negociaciones sobre Gibraltar a la representación de los colonos del Peñón es verdaderamente poco. Las siempre infructuosas negociaciones sobre la devolución a España de la propiedad del Peñón fueron una constante por la vía diplomática y también por la de las armas desde 1713, año en el que por el Tratado de Utrecht se le entregó la propiedad a Gran Bretaña, propiedad que incluía el Castillo, la plaza en sí y el puerto existente en la época. No había más concesiones, incluso el tránsito por el istmo al resto de España les estaba vedado; consecuentemente, el simplismo con que Moratinos ha asumido esa mesa de negociaciones en la que pretende conseguir no se sabe qué de los gibraltareños es cosa de tebeos porque hay que partir de la base que España, en relación con Gibraltar, no tiene nada, absolutamente nada que negociar con Gran Bretaña si no es el plazo de devolución del Peñón y muchísimo menos con los llanitos quienes en esta comedia no tienen que pintar absolutamente nada. Gibraltar es una colonia que compró Gran Bretaña a Francia, tutora de España a la sazón, a cambio de que Francia no tuviese que aceptar una capitulación total y vergonzosa en la Guerra de Sucesión a la Corona de España (1701 a 1713). Esta compra se realizó a través del Tratado o Contrato de Utrecht de 1713 por el cual se le cedía a Gran Bretaña en propiedad, entre otras cosas, la plaza de Gibraltar con su castillo y el puerto, con prohibición de acceso por el istmo al resto de España, istmo que fue marcado como suelo de separación o de nadie.

Aparte del puerto de la época, no había absolutamente ninguna concesión sobre aguas territoriales que seguían siendo de España, por tanto, voy a intentar aclarar al lector la siguiente pregunta que sin duda se le suscitará: ¿Y por qué no tiene derecho Gran Bretaña a las aguas que circundan el Peñón si son propietarios de la plaza? Sin duda ha lugar a la pregunta y es obligado el contestarla de forma que quede meridianamente claro el porqué no tiene derecho ni Gibraltar puede tener aguas jurisdiccionales a menos que el Artículo X del Tratado de Utrecht sea cambiado y se introduzca la palabra “SOBERANÍA” en el lugar de “PROPIEDAD”, en cuyo caso Gibraltar dejaría de ser una colonia para pasar a ostentar los derechos de un ESTADO SOBERANO y tendría pleno derecho a aguas jurisdiccionales, de acuerdo con los tratados internacionales al efecto, además de derecho sobre el espacio aéreo del Peñón y derecho también sobre la explotación del subsuelo en la forma que creyesen pertinente (No olvidemos que en España el subsuelo es propiedad del Estado). Estos tres conceptos no los puede ostentar Gibraltar porque les son vedados en el propio Tratado o Contrato de Utrecht, consecuentemente, es pura pantomima por parte del primer ministro Caruana y, también, del ministro Moratinos el sentarse en una mesa en la que España pide a Gran Bretaña la soberanía sobre el Peñón, cosa que ostenta y nunca dejó de ostentar, y Gran Bretaña, con el primer ministro de la colonia, Peter Caruana, como portavoz pretende auto-concederse la soberanía sobre las aguas territoriales que circundan al Peñón. Ahora ha lugar a plantearse la siguiente pregunta:

¿Y por qué Gran Bretaña no puede tener jurisdicción sobre las aguas territoriales de Gibraltar si cualquier territorio rodeado de agua en sus tres cuartas partes puede tenerla? Por la simple y sencilla razón que el concederle a Gran Bretaña jurisdicción sobre aguas españolas de Gibraltar significaría que se le está cediendo de facto el derecho de soberanía sobre el territorio de Gibraltar, algo que, como ya he mencionado antes, no le concede el Tratado de Utrecht, por lo que nos encontraríamos con haber reconocido esa soberanía británica sobre el Peñón, sobre su espacio aéreo y sobre su subsuelo, factores todos ellos que un derecho de propiedad no da lugar a poseer porque para tener ese derecho hay que ser Estado soberano que sólo se es cuando se ostenta la soberanía del territorio, de ahí la tremenda importancia que tiene el factor SOBERANIA y la sorpresa e indignación que producen políticos españoles, especialmente los del Ministerio de Asuntos Exteriores, cuando se expresan sobre la soberanía del Peñón con expresiones tales como, en el caso de Moratinos, “recuperar la soberanía “o del exministro Piqué con las de ”soberanía compartida”, o las del exministro Matute con las de “El Tratado de Utrecht determina que Gran Bretaña detenta la soberanía”, toda una retahíla de despropósitos e ignorancia en quienes tienen que ser los principales artífices de conseguir la devolución del Peñón a España. De todas maneras, de forma que el lector y los políticos que tengan que defender a España ante Gran Bretaña sobre Gibraltar queden bien informados de qué fue lo que se le cedió a Gran Bretaña en el Tratado de Utrecht, a continuación transcribo literalmente dos párrafos del Artículo X del Tratado relativos a la cesión de la propiedad de la plaza a Gran Bretaña, los cuales se ocupan de la transferencia de la propiedad.

“El Artículo X del Tratado de Utrecht fija el siguiente ‘status’ jurídico de la fortaleza:

“El Rey Católico, por sí y por sus herederos, cede por este Tratado a la Corona de la Gran Bretaña la plena y entera propiedad de la ciudad y del castillo de Gibraltar, juntamente con su puerto, defensas y fortaleza que le pertenecen, dando la dicha propiedad absolutamente para que la tenga y goce en entero derecho, y para siempre, sin excepción ni impedimento alguno.”

El párrafo segundo del Tratado dice lo siguiente:

“Pero, para evitar cualesquiera abusos y fraude en la introducción de las mercaderías, quiere el Rey Católico, y supone que así se ha de entender, que la dicha propiedad se cede a la Gran Bretaña sin jurisdicción alguna territorial y sin comunicación alguna con el país circunvecino por parte de tierra. ………….”

Como podemos ver, la palabra soberanía no existe en el Tratado y el pretender arrogarse el derecho de soberanía es una falacia por parte de Gran Bretaña y de su portavoz en la plaza, el primer ministro llanito Caruana, quienes están aprovechando, una vez más, una etapa de actuaciones erráticas del Ministerio de Asuntos Exteriores Español y de un cierto confusionismo en la España de las Autonomías para sacar tajada a lo grande aumentando su ‘lebensraum’ por mar, (las pretendidas tres millas de aguas de la bahía de Algeciras), por tierra (la ampliación de la superficie del Peñón con superficie ganada al mar mediante vertidos) y por aire (la pretensión de un espacio aéreo que un aeropuerto clandestino no puede tener).

Así las cosas, los hechos han puesto de relieve que la inoperancia desplegada por Moratinos y el gabinete de Zapatero ha tropezado con la política de hechos consumados practicada por Gran Bretaña a lo largo de los tres siglos de colonia y, especialmente, en nuestros tiempos, ya que en ese Foro Tripartito se han tratado hasta ahora asuntos de seguridad en las aguas del estrecho, aguas españolas, donde las patrulleras de vigilancia de la Guardia Civil están más que ocupadas tratando de erradicar el tráfico de contrabando y drogas que tiene su base de aprovisionamiento en Gibraltar, por lo que es de lo más fácil del mundo el erradicar este tráfico desde el propio Gibraltar sin tener que crear un tripartito para ello, siempre y cuando existiese voluntad de hacerlo por parte de las autoridades gibraltareñas que, sin la menor duda, no ha sido el caso.

Por otra parte, y en lo que se refiere al desafío del primer ministro de Gibraltar, Peter Caruana, de que recurramos a los tribunales internacionales para reclamar los derechos de España sobre las aguas jurisdiccionales del Estrecho, no es una mala idea que así lo hagamos porque, si bien ya la ONU requirió a Gran Bretaña que negociara la descolonización del Peñón con España, no estaría del todo mal que paralelamente iniciemos un proceso en el tribunal de la Haya reclamando, no los derechos sobre las aguas del Peñón que son españolas desde siempre y no hay por qué reclamarlas sino una demanda por quebrantamiento de contrato por parte de Gran Bretaña ya que han alterado de motu proprio todos los parámetros del Tratado o contrato de propiedad, comenzando por el istmo, que ocuparon cuando la época de la epidemia de la fiebre amarilla (1813) y España lo permitió por razones humanitarias, se instalaron en él y no lo evacuaron una vez superada la epidemia, y hoy, lo que en el Tratado fue tierra de nadie, es un aeropuerto construido clandestinamente aprovechando los años de la guerra civil española. En lo que al puerto se refiere, un mini puerto o embarcadero de la época, lo han convertido en un puerto gigante adentrándose kilómetros en aguas de la bahía de Algeciras. En lo referente al subsuelo del Peñón, han horadado la roca en profundad hasta no se sabe dónde, cosa prohibida a todo propietario de suelo en España desde los tiempos de Alfonso XI, el Justiciero, rey de de Castilla que murió de la peste en 1350, precisamente en el sitio de Gibraltar para desalojar a los moros de la plaza. Con estos tácitos incumplimientos en la mano creo que ha llegado el momento de que también se exija la entrega del Peñón por clarísimo incumplimiento de contrato por la vía del Tribunal de Estrasburgo, de la Haya o el de Luxemburgo, el que corresponda, cuyo veredicto, ante tanto incumplimiento del Contrato o Tratado por parte de los británicos, no podrá ser otro que el que los británicos tengan que coger sus bártulos y sus monos y leven ancla hacia Gran Bretaña. Estimo que los llanitos pueden quedarse, conservar sus propiedades y bautizarse españoles, si así lo desean.

En lo que a la llamada por parte del primer ministro Caruana a la intervención de la Royal Navy (la Armada Real) como forma de contrarrestar o parar las llamadas ‘incursiones de las patrulleras de la Guardia Civil en aguas gibraltareñas’, debo decir que el ministro Caruana ha puesto claro y de manifiesto que no está a la altura de nada o, tal vez, sí esté a la altura de Gibraltar. El señor primer ministro, al difundir su deseo de que intervenga la Royal Navy en el asunto de las aguas del Estrecho, ha puesto sin equívocos sobre la mesa que a él y a quienes estén detrás de su política expansionista o de ‘lebesraum’ les vendría muy bien un incidente bélico que justificara una intervención armada de la marina de guerra de Gran Bretaña que, a todas luces, liquidaría a la española en un pis-pas por la simple razón que Gran Bretaña sigue siendo una potencia en el mar, tierra y aire, dotada de armamento nuclear, y España es un hálito de potencia sin armamento nuclear, por lo que tendríamos, como es fácil de suponer, una confrontación a escala Malvinas pero entre dos socios de la OTAN, cosa que la otan no puede permitir que ocurra porque ello significaría un ‘planchado’ del Ejército español pero también el fin de la ORGANIZACIÓN DEL ATLÁNTICO NORTE, ya que los socios menores de la OTAN no podrían digerir que uno de los socios mayores de la Organización, dotado con armamento nuclear por demás, se impusiera a un pequeño sin otro argumento que el de su superioridad bélica. Consecuentemente, ha lugar a mencionar que, a quien corresponda, debe recordar al primer ministro Caruana que es tiempo de que controle la bífida, recoja velas y modere sus ansias expansionistas a cargo de bienes ajenos, de los España en este caso.

Las Palmas de Gran Canaria, 22 de octubre de 2010.
Daniel Garzón Luna