El día 27 de los corrientes el diario digital israelí HAARETZ.COM publicó un artículo de Donniel Hartman que por su interés sobre las actuales negociaciones de paz en Oriente Medio, y la afinidad con criterios publicados en este blog, transcribo literalmente. Si bien la publicación en el diario Haaretz.com se ha efectuado en su inglés original, en este blog inserto la traducción en español efectuada por Ria Okret del Hartmaninstitute. Quienquiera que tenga interés en leer el artículo en su inglés original puede leerlo en mi otro blog, http://danielgarzonluna.blogspot.com
¿Qué les debe Israel a los judíos del mundo?
________________________________________
Publicado por: David Salischiker el 25 Noviembre 2010
Autor:
Donniel Hartman
Fuente:
Tu Meser - 25/11/2010
La relación entre Israel y la judería mundial – o para hablar con más exactitud – la disminución constante en la relación, es una de las principales preocupaciones del liderazgo institucional judío. ¿Qué se puede hacer para combatir la percibida desconexión y la alienación hacia Israel que va en aumento?
Un punto central de los esfuerzos está concentrado en mejorar las relaciones públicas y la educación de la judería mundial en lo que toca al caso a favor de Israel. Un aumento en la capacidad de los judíos de defender a Israel conducirá a un aumento paralelo en la afinidad hacia Israel y a una posible afiliación con el mismo.
Israel, sin embargo, no puede combatir la alienación a menos que cese de generarla y ser una de sus causas primarias. Si Israel quiere una judería mundial con una fuerte afinidad por Israel y sus necesidades, entonces debe tomar en consideración el impacto que sus políticas tienen en la judería mundial. Se trata no solamente de la legislación en cuestiones de conversión y de los derechos de los judíos liberales de rezar en el Kotel. Israel debe reconocer que sus decisiones en política exterior impactan tanto sobre las relaciones de los judíos con Israel como con sus relaciones con los países donde viven.
Durante décadas le hemos dicho a la judería mundial que puesto que no son sus hijos los que exponen sus vidas, deben permanecer en silencio y apoyar cualquier política propuesta por el gobierno israelí. Aunque hay mucho de cierto en este argumento, ha llegado el momento de reconocer que una de las causas de la alienación de Israel es el impacto negativo percibido respecto a las políticas israelíes en la forma en que los judíos se sienten alrededor del mundo. Una política indefendible o cuestionable avergüenza a los judíos y los expone a la crítica y al ridículo de sus conciudadanos.
Una judería mundial comprometida con Israel es una judería mundial a la que Israel le causa un impacto positivo tanto desde un punto de vista judío como personal. Es una judería mundial que conecta su identidad como judíos con el Estado de Israel. Como israelíes, es este tipo de de compromiso que anhelamos. Es hora que reconozcamos la responsabilidad que esto genera.
Un ejemplo gráfico es la reciente negociación entre Israel y los Estados Unidos respecto a una congelación adicional de tres meses en la construcción de los asentamientos. Si los informes son correctos, Israel trocó una congelación de asentamientos a cambio de jets 35 a un precio de ganga y garantías escritas acerca de cuestiones de seguridad.
Dejemos de lado el debate político acerca de la legitimidad de los asentamientos, su importancia para la futura seguridad o la falta de la misma para el Estado de Israel, y los peligros o beneficios de más gestos unilaterales de los israelíes hacia los palestinos para las futuras conversaciones de paz. El acuerdo es tan extraño y perturbador a tantos niveles que a menos que condenemos ipso facto tanto a los Estados Unidos como a Israel por ser cortos de vista, necesita urgentemente una explicación. No podemos cuestionar la inteligencia del Primer Ministro Netanyahu, la Secretaria de Estado Clinton, o el Presidente Obama. Si la congelación de los asentamientos es tolerable para la seguridad e intereses políticos israelíes, ¿por qué no estar de acuerdo cuando nuestro aliado más significativo nos lo pide? Por otra parte, si una congelación de 10 meses no fue efectiva ¿por qué es una congelación de tres meses adicionales tan deseable que los EE. UU. están dispuestos a sobornar a Israel para lograrlo?
El propósito de las promesas no es para Netanyahu, ni para nadie para quien el proceso de paz sea un esfuerzo serio. Su meta es proporcionarle a Netanyahu un soborno para sus compañeros de coalición, muchos de los cuales no ven ningún valor en negociar con los palestinos ni en asegurarse que los Estados Unidos e Israel estén sincronizados el uno con el otro. Como estos incentivos están ausentes se ofrecen incentivos materiales con la esperanza que compren votos. Esto es especialmente el caso en cuanto al Partido Shas, a quien Israel regularmente infantiliza comprándoles votos tanto literalmente como por medio de legislación religiosa.
Este paso de sobornar a los compañeros de coalición, no sólo exige un precio de la administración de los EE. UU., sino también de los judíos en el mundo. Es embarazoso para los judíos ver al gobierno israelí negociando con un amigo que ha estado junto a nosotros. Es una cosa que Israel no esté de acuerdo y defienda sus intereses cuando es necesario, aún aquellos que no coincidan con los intereses del gobierno de los Estados Unidos. Sin embargo lo hace sentir incómodo a un judío norteamericano acerca de su lealtad a Israel cuando las políticas de Israel no son conducidas de acuerdo a sus valores y necesidades de seguridad mayores, sino que en cambio ve a estos valores y necesidades ofrecidos en el mercado al mejor postor. Hace que los judíos norteamericanos se sientan vulnerables ante la crítica de sus compatriotas, que asocian las acciones de Israel con acciones judías.
Los judíos norteamericanos, y de hecho los judíos de todo el mundo se han debatido por décadas entre la consistencia y coherencia de su lealtad para con Israel y la lealtad para con sus patrias. La lealtad a Israel ha sido una fuente de orgullo y aumentó la identidad judía. Cuando Israel sacrifica la identificación de los judíos de todo el mudo con Israel en aras de los intereses a corto plazo de una coalición, empequeñece a Israel y da argumentos para la alienación.
Que Netanyahu lidere con principios, cualesquiera que fueren, y los judíos en todo el mundo podrán por lo menos respetar a Israel y su afiliación con el mismo. Que Netanyahu tome la responsabilidad de implementar la solución de dos estados por la que aboga públicamente y ponga el futuro de su coalición y su gobierno en línea con sus principios. Cuando haga esto, se encontrará menos preocupado acerca de la deslegitimización y encontrará que la comunidad judía de todo el mundo está de su lado y del de Israel.
Fuente: www.hartmaninstitute.com
Traducido por Ría Okret
domingo, 28 de noviembre de 2010
¿QUÉ LES DEBE ISRAEL A LOS JUDÍOS DEL MUNDO?
El día 27 de los corrientes el diario digital israelí HAARETZ.COM publicó un artículo de Donniel Hartman que por su interés sobre las actuales negociaciones de paz en Oriente Medio, y la afinidad con criterios publicados en este blog, transcribo literalmente. Si bien la publicación en el diario Haaretz.com se ha efectuado en su inglés original, en este blog inserto la traducción en español efectuada por Ria Okret del Hartmaninstitute. Quienquiera que tenga interés en leer el artículo en su inglés original puede leerlo en mi otro blog, http://danielgarzonluna.blogspot.com
¿Qué les debe Israel a los judíos del mundo?
________________________________________
Publicado por: David Salischiker el 25 Noviembre 2010
Autor:
Donniel Hartman
Fuente:
Tu Meser - 25/11/2010
La relación entre Israel y la judería mundial – o para hablar con más exactitud – la disminución constante en la relación, es una de las principales preocupaciones del liderazgo institucional judío. ¿Qué se puede hacer para combatir la percibida desconexión y la alienación hacia Israel que va en aumento?
Un punto central de los esfuerzos está concentrado en mejorar las relaciones públicas y la educación de la judería mundial en lo que toca al caso a favor de Israel. Un aumento en la capacidad de los judíos de defender a Israel conducirá a un aumento paralelo en la afinidad hacia Israel y a una posible afiliación con el mismo.
Israel, sin embargo, no puede combatir la alienación a menos que cese de generarla y ser una de sus causas primarias. Si Israel quiere una judería mundial con una fuerte afinidad por Israel y sus necesidades, entonces debe tomar en consideración el impacto que sus políticas tienen en la judería mundial. Se trata no solamente de la legislación en cuestiones de conversión y de los derechos de los judíos liberales de rezar en el Kotel. Israel debe reconocer que sus decisiones en política exterior impactan tanto sobre las relaciones de los judíos con Israel como con sus relaciones con los países donde viven.
Durante décadas le hemos dicho a la judería mundial que puesto que no son sus hijos los que exponen sus vidas, deben permanecer en silencio y apoyar cualquier política propuesta por el gobierno israelí. Aunque hay mucho de cierto en este argumento, ha llegado el momento de reconocer que una de las causas de la alienación de Israel es el impacto negativo percibido respecto a las políticas israelíes en la forma en que los judíos se sienten alrededor del mundo. Una política indefendible o cuestionable avergüenza a los judíos y los expone a la crítica y al ridículo de sus conciudadanos.
Una judería mundial comprometida con Israel es una judería mundial a la que Israel le causa un impacto positivo tanto desde un punto de vista judío como personal. Es una judería mundial que conecta su identidad como judíos con el Estado de Israel. Como israelíes, es este tipo de de compromiso que anhelamos. Es hora que reconozcamos la responsabilidad que esto genera.
Un ejemplo gráfico es la reciente negociación entre Israel y los Estados Unidos respecto a una congelación adicional de tres meses en la construcción de los asentamientos. Si los informes son correctos, Israel trocó una congelación de asentamientos a cambio de jets 35 a un precio de ganga y garantías escritas acerca de cuestiones de seguridad.
Dejemos de lado el debate político acerca de la legitimidad de los asentamientos, su importancia para la futura seguridad o la falta de la misma para el Estado de Israel, y los peligros o beneficios de más gestos unilaterales de los israelíes hacia los palestinos para las futuras conversaciones de paz. El acuerdo es tan extraño y perturbador a tantos niveles que a menos que condenemos ipso facto tanto a los Estados Unidos como a Israel por ser cortos de vista, necesita urgentemente una explicación. No podemos cuestionar la inteligencia del Primer Ministro Netanyahu, la Secretaria de Estado Clinton, o el Presidente Obama. Si la congelación de los asentamientos es tolerable para la seguridad e intereses políticos israelíes, ¿por qué no estar de acuerdo cuando nuestro aliado más significativo nos lo pide? Por otra parte, si una congelación de 10 meses no fue efectiva ¿por qué es una congelación de tres meses adicionales tan deseable que los EE. UU. están dispuestos a sobornar a Israel para lograrlo?
El propósito de las promesas no es para Netanyahu, ni para nadie para quien el proceso de paz sea un esfuerzo serio. Su meta es proporcionarle a Netanyahu un soborno para sus compañeros de coalición, muchos de los cuales no ven ningún valor en negociar con los palestinos ni en asegurarse que los Estados Unidos e Israel estén sincronizados el uno con el otro. Como estos incentivos están ausentes se ofrecen incentivos materiales con la esperanza que compren votos. Esto es especialmente el caso en cuanto al Partido Shas, a quien Israel regularmente infantiliza comprándoles votos tanto literalmente como por medio de legislación religiosa.
Este paso de sobornar a los compañeros de coalición, no sólo exige un precio de la administración de los EE. UU., sino también de los judíos en el mundo. Es embarazoso para los judíos ver al gobierno israelí negociando con un amigo que ha estado junto a nosotros. Es una cosa que Israel no esté de acuerdo y defienda sus intereses cuando es necesario, aún aquellos que no coincidan con los intereses del gobierno de los Estados Unidos. Sin embargo lo hace sentir incómodo a un judío norteamericano acerca de su lealtad a Israel cuando las políticas de Israel no son conducidas de acuerdo a sus valores y necesidades de seguridad mayores, sino que en cambio ve a estos valores y necesidades ofrecidos en el mercado al mejor postor. Hace que los judíos norteamericanos se sientan vulnerables ante la crítica de sus compatriotas, que asocian las acciones de Israel con acciones judías.
Los judíos norteamericanos, y de hecho los judíos de todo el mundo se han debatido por décadas entre la consistencia y coherencia de su lealtad para con Israel y la lealtad para con sus patrias. La lealtad a Israel ha sido una fuente de orgullo y aumentó la identidad judía. Cuando Israel sacrifica la identificación de los judíos de todo el mudo con Israel en aras de los intereses a corto plazo de una coalición, empequeñece a Israel y da argumentos para la alienación.
Que Netanyahu lidere con principios, cualesquiera que fueren, y los judíos en todo el mundo podrán por lo menos respetar a Israel y su afiliación con el mismo. Que Netanyahu tome la responsabilidad de implementar la solución de dos estados por la que aboga públicamente y ponga el futuro de su coalición y su gobierno en línea con sus principios. Cuando haga esto, se encontrará menos preocupado acerca de la deslegitimización y encontrará que la comunidad judía de todo el mundo está de su lado y del de Israel.
Fuente: www.hartmaninstitute.com
Traducido por Ría Okret
¿Qué les debe Israel a los judíos del mundo?
________________________________________
Publicado por: David Salischiker el 25 Noviembre 2010
Autor:
Donniel Hartman
Fuente:
Tu Meser - 25/11/2010
La relación entre Israel y la judería mundial – o para hablar con más exactitud – la disminución constante en la relación, es una de las principales preocupaciones del liderazgo institucional judío. ¿Qué se puede hacer para combatir la percibida desconexión y la alienación hacia Israel que va en aumento?
Un punto central de los esfuerzos está concentrado en mejorar las relaciones públicas y la educación de la judería mundial en lo que toca al caso a favor de Israel. Un aumento en la capacidad de los judíos de defender a Israel conducirá a un aumento paralelo en la afinidad hacia Israel y a una posible afiliación con el mismo.
Israel, sin embargo, no puede combatir la alienación a menos que cese de generarla y ser una de sus causas primarias. Si Israel quiere una judería mundial con una fuerte afinidad por Israel y sus necesidades, entonces debe tomar en consideración el impacto que sus políticas tienen en la judería mundial. Se trata no solamente de la legislación en cuestiones de conversión y de los derechos de los judíos liberales de rezar en el Kotel. Israel debe reconocer que sus decisiones en política exterior impactan tanto sobre las relaciones de los judíos con Israel como con sus relaciones con los países donde viven.
Durante décadas le hemos dicho a la judería mundial que puesto que no son sus hijos los que exponen sus vidas, deben permanecer en silencio y apoyar cualquier política propuesta por el gobierno israelí. Aunque hay mucho de cierto en este argumento, ha llegado el momento de reconocer que una de las causas de la alienación de Israel es el impacto negativo percibido respecto a las políticas israelíes en la forma en que los judíos se sienten alrededor del mundo. Una política indefendible o cuestionable avergüenza a los judíos y los expone a la crítica y al ridículo de sus conciudadanos.
Una judería mundial comprometida con Israel es una judería mundial a la que Israel le causa un impacto positivo tanto desde un punto de vista judío como personal. Es una judería mundial que conecta su identidad como judíos con el Estado de Israel. Como israelíes, es este tipo de de compromiso que anhelamos. Es hora que reconozcamos la responsabilidad que esto genera.
Un ejemplo gráfico es la reciente negociación entre Israel y los Estados Unidos respecto a una congelación adicional de tres meses en la construcción de los asentamientos. Si los informes son correctos, Israel trocó una congelación de asentamientos a cambio de jets 35 a un precio de ganga y garantías escritas acerca de cuestiones de seguridad.
Dejemos de lado el debate político acerca de la legitimidad de los asentamientos, su importancia para la futura seguridad o la falta de la misma para el Estado de Israel, y los peligros o beneficios de más gestos unilaterales de los israelíes hacia los palestinos para las futuras conversaciones de paz. El acuerdo es tan extraño y perturbador a tantos niveles que a menos que condenemos ipso facto tanto a los Estados Unidos como a Israel por ser cortos de vista, necesita urgentemente una explicación. No podemos cuestionar la inteligencia del Primer Ministro Netanyahu, la Secretaria de Estado Clinton, o el Presidente Obama. Si la congelación de los asentamientos es tolerable para la seguridad e intereses políticos israelíes, ¿por qué no estar de acuerdo cuando nuestro aliado más significativo nos lo pide? Por otra parte, si una congelación de 10 meses no fue efectiva ¿por qué es una congelación de tres meses adicionales tan deseable que los EE. UU. están dispuestos a sobornar a Israel para lograrlo?
El propósito de las promesas no es para Netanyahu, ni para nadie para quien el proceso de paz sea un esfuerzo serio. Su meta es proporcionarle a Netanyahu un soborno para sus compañeros de coalición, muchos de los cuales no ven ningún valor en negociar con los palestinos ni en asegurarse que los Estados Unidos e Israel estén sincronizados el uno con el otro. Como estos incentivos están ausentes se ofrecen incentivos materiales con la esperanza que compren votos. Esto es especialmente el caso en cuanto al Partido Shas, a quien Israel regularmente infantiliza comprándoles votos tanto literalmente como por medio de legislación religiosa.
Este paso de sobornar a los compañeros de coalición, no sólo exige un precio de la administración de los EE. UU., sino también de los judíos en el mundo. Es embarazoso para los judíos ver al gobierno israelí negociando con un amigo que ha estado junto a nosotros. Es una cosa que Israel no esté de acuerdo y defienda sus intereses cuando es necesario, aún aquellos que no coincidan con los intereses del gobierno de los Estados Unidos. Sin embargo lo hace sentir incómodo a un judío norteamericano acerca de su lealtad a Israel cuando las políticas de Israel no son conducidas de acuerdo a sus valores y necesidades de seguridad mayores, sino que en cambio ve a estos valores y necesidades ofrecidos en el mercado al mejor postor. Hace que los judíos norteamericanos se sientan vulnerables ante la crítica de sus compatriotas, que asocian las acciones de Israel con acciones judías.
Los judíos norteamericanos, y de hecho los judíos de todo el mundo se han debatido por décadas entre la consistencia y coherencia de su lealtad para con Israel y la lealtad para con sus patrias. La lealtad a Israel ha sido una fuente de orgullo y aumentó la identidad judía. Cuando Israel sacrifica la identificación de los judíos de todo el mudo con Israel en aras de los intereses a corto plazo de una coalición, empequeñece a Israel y da argumentos para la alienación.
Que Netanyahu lidere con principios, cualesquiera que fueren, y los judíos en todo el mundo podrán por lo menos respetar a Israel y su afiliación con el mismo. Que Netanyahu tome la responsabilidad de implementar la solución de dos estados por la que aboga públicamente y ponga el futuro de su coalición y su gobierno en línea con sus principios. Cuando haga esto, se encontrará menos preocupado acerca de la deslegitimización y encontrará que la comunidad judía de todo el mundo está de su lado y del de Israel.
Fuente: www.hartmaninstitute.com
Traducido por Ría Okret
sábado, 27 de noviembre de 2010
¿QUÉ DEBE ISRAEL A LOS JUDIOS DEL MUNDO? (Traducción del titular)
El día 27 de los corrientes el diario digital israelí HAARETZ.COM publicó un artículo de Donniel Hartman que por su interés sobre las actuales negociaciones de paz en Oriente Medio y la afinidad con criterios publicados en este blog transcribo literalmente en su inglés original. Quienquiera que tenga necesidad de traducción al español o a algún otro idioma puede utilizar el traductor de este blog.
What Does Israel Owe the Jews of the World? (21/11/2010)
By DONNIEL HARTMAN
The relationship between Israel and world Jewry - or more accurately - the diminishing relationship, is at the fore of Jewish institutional and leadership concern today. What can be done to combat the perceived disengagement from and increased alienation toward Israel?
One focus of the efforts is on improved public relations and education of world Jewry as to the case for Israel. An increased ability by Jews to defend Israel to others will lead to a parallel increase in affinity toward and possibly affiliation with Israel.
Israel, however, cannot combat alienation unless it ceases to generate it and be one of its primary causes. If Israel wants a Jewish world with a strong affinity toward Israel and its needs, it must also take into account the impact of its policies on world Jewry. At issue is not only legislation on issues of conversion and the rights of liberal Jews to pray at the Kotel. Israel must recognize that its foreign policy moves equally impact both on Jews' relationships with Israel, and also on their relationship to their home countries.
For decades, we have told world Jewry that since their children's lives aren’t on the line, they must remain silent and support any policy set forth by the Israeli government. While there is much truth to this argument, it is time to recognize that one of the causes for alienation from Israel is the perceived negative impact of Israel's policies on the way Jews feel around the world. An indefensible or questionable policy embarrasses Jews and exposes them to criticism and ridicule by their fellow citizens.
A world Jewry engaged with Israel is a world Jewry impacted Jewishly and personally by Israel. It is a world Jewry that connects its identity as Jews with the State of Israel. As Israelis, it is this type of engagement for which we yearn. It is time that we recognize the responsibility that it generates.
An example in point is the recent negotiations between Israel and the United States regarding an additional three-month settlement freeze. If the reports are accurate, Israel has bartered a freeze in return for F-35 fighter jets at a bargain price and written US assurances on security issues.
Let's leave aside the political debate regarding the legitimacy of the settlements, their importance or lack thereof for the future security of the State of Israel, and the dangers or benefits of further unilateral Israeli gestures toward the Palestinians for the future of the peace talks. The deal between Israel and the United States is so bizarre and troubling on so many levels that short of a blanket condemnation of both the United States and Israel for short-sightedness, it begs for an explanation. One cannot question the intelligence of Prime Minister Netanyahu, Secretary of State Clinton or President Obama. If the settlement freeze is tolerable to Israel's security and political interests, why not agree to it when our most significant ally asks? On the other hand, if a 10-month freeze was ineffectual why is an additional three-month freeze the object of such desire that the US is willing to bribe Israel to achieve it?
The purpose of the promises is not for Netanyahu, nor for anyone for whom the peace process is a serious endeavor. Its aim is to provide Netanyahu with a bribe for his coalition partners, many of whom see no value in negotiating with the Palestinians, nor with ensuring that Israel and the United States be in sync with each other. Absent these incentives, material ones are offered instead with the hope that they will buy votes. This is especially the case when it comes to the Shas Party, whom Israel regularly infantilizes by buying its votes both literally and through religious legislation.
This move to bribe coalition partners, however, not only extracts a price from the US administration, but from Jews around the world. It is embarrassing for Jews to see the Israeli government hondle with a friend who has been at our side. It is one thing for Israel to disagree and stand for its interests when necessary, even if those do not coincide with the interests of the United States government. However, it makes an American Jew uncomfortable with his or her loyalty to Israel when Israel's policies are not led by its values and larger security needs, but instead sees these values and needs put on the trading block for the highest bid. It causes American Jews to feel vulnerable to the critique of their fellow citizens, who associate Israel's actions with Jewish ones.
American Jews, and in fact Jews around the world, have for decades argued for the consistency and coherency of their loyalty to Israel with the loyalty they have to their home countries. Loyalty to Israel has been a source of pride and enhanced Jewish identity. When Israel sacrifices the identification of Jews around the world with Israel on the altar of short-term coalition interests, it belittles Israel and makes a case for alienation.
Let Netanyahu lead with principles, whatever they may be, and Jews around the world will at least be able to respect Israel and their affiliation with it. Let Netanyahu take responsibility for implementing the two-state solution that he publicly advocates and put the future of his coalition and his government on the line for his principles. When he does this, he will find himself less worried about Israel delegitimization and will find a Jewish community around the world at his and Israel's side.
What Does Israel Owe the Jews of the World? (21/11/2010)
By DONNIEL HARTMAN
The relationship between Israel and world Jewry - or more accurately - the diminishing relationship, is at the fore of Jewish institutional and leadership concern today. What can be done to combat the perceived disengagement from and increased alienation toward Israel?
One focus of the efforts is on improved public relations and education of world Jewry as to the case for Israel. An increased ability by Jews to defend Israel to others will lead to a parallel increase in affinity toward and possibly affiliation with Israel.
Israel, however, cannot combat alienation unless it ceases to generate it and be one of its primary causes. If Israel wants a Jewish world with a strong affinity toward Israel and its needs, it must also take into account the impact of its policies on world Jewry. At issue is not only legislation on issues of conversion and the rights of liberal Jews to pray at the Kotel. Israel must recognize that its foreign policy moves equally impact both on Jews' relationships with Israel, and also on their relationship to their home countries.
For decades, we have told world Jewry that since their children's lives aren’t on the line, they must remain silent and support any policy set forth by the Israeli government. While there is much truth to this argument, it is time to recognize that one of the causes for alienation from Israel is the perceived negative impact of Israel's policies on the way Jews feel around the world. An indefensible or questionable policy embarrasses Jews and exposes them to criticism and ridicule by their fellow citizens.
A world Jewry engaged with Israel is a world Jewry impacted Jewishly and personally by Israel. It is a world Jewry that connects its identity as Jews with the State of Israel. As Israelis, it is this type of engagement for which we yearn. It is time that we recognize the responsibility that it generates.
An example in point is the recent negotiations between Israel and the United States regarding an additional three-month settlement freeze. If the reports are accurate, Israel has bartered a freeze in return for F-35 fighter jets at a bargain price and written US assurances on security issues.
Let's leave aside the political debate regarding the legitimacy of the settlements, their importance or lack thereof for the future security of the State of Israel, and the dangers or benefits of further unilateral Israeli gestures toward the Palestinians for the future of the peace talks. The deal between Israel and the United States is so bizarre and troubling on so many levels that short of a blanket condemnation of both the United States and Israel for short-sightedness, it begs for an explanation. One cannot question the intelligence of Prime Minister Netanyahu, Secretary of State Clinton or President Obama. If the settlement freeze is tolerable to Israel's security and political interests, why not agree to it when our most significant ally asks? On the other hand, if a 10-month freeze was ineffectual why is an additional three-month freeze the object of such desire that the US is willing to bribe Israel to achieve it?
The purpose of the promises is not for Netanyahu, nor for anyone for whom the peace process is a serious endeavor. Its aim is to provide Netanyahu with a bribe for his coalition partners, many of whom see no value in negotiating with the Palestinians, nor with ensuring that Israel and the United States be in sync with each other. Absent these incentives, material ones are offered instead with the hope that they will buy votes. This is especially the case when it comes to the Shas Party, whom Israel regularly infantilizes by buying its votes both literally and through religious legislation.
This move to bribe coalition partners, however, not only extracts a price from the US administration, but from Jews around the world. It is embarrassing for Jews to see the Israeli government hondle with a friend who has been at our side. It is one thing for Israel to disagree and stand for its interests when necessary, even if those do not coincide with the interests of the United States government. However, it makes an American Jew uncomfortable with his or her loyalty to Israel when Israel's policies are not led by its values and larger security needs, but instead sees these values and needs put on the trading block for the highest bid. It causes American Jews to feel vulnerable to the critique of their fellow citizens, who associate Israel's actions with Jewish ones.
American Jews, and in fact Jews around the world, have for decades argued for the consistency and coherency of their loyalty to Israel with the loyalty they have to their home countries. Loyalty to Israel has been a source of pride and enhanced Jewish identity. When Israel sacrifices the identification of Jews around the world with Israel on the altar of short-term coalition interests, it belittles Israel and makes a case for alienation.
Let Netanyahu lead with principles, whatever they may be, and Jews around the world will at least be able to respect Israel and their affiliation with it. Let Netanyahu take responsibility for implementing the two-state solution that he publicly advocates and put the future of his coalition and his government on the line for his principles. When he does this, he will find himself less worried about Israel delegitimization and will find a Jewish community around the world at his and Israel's side.
¿QUÉ DEBE ISRAEL A LOS JUDIOS DEL MUNDO? (Traducción del titular)
El día 27 de los corrientes el diario digital israelí HAARETZ.COM publicó un artículo de Donniel Hartman que por su interés sobre las actuales negociaciones de paz en Oriente Medio y la afinidad con criterios publicados en este blog transcribo literalmente en su inglés original. Quienquiera que tenga necesidad de traducción al español o a algún otro idioma puede utilizar el traductor de este blog.
What Does Israel Owe the Jews of the World? (21/11/2010)
By DONNIEL HARTMAN
The relationship between Israel and world Jewry - or more accurately - the diminishing relationship, is at the fore of Jewish institutional and leadership concern today. What can be done to combat the perceived disengagement from and increased alienation toward Israel?
One focus of the efforts is on improved public relations and education of world Jewry as to the case for Israel. An increased ability by Jews to defend Israel to others will lead to a parallel increase in affinity toward and possibly affiliation with Israel.
Israel, however, cannot combat alienation unless it ceases to generate it and be one of its primary causes. If Israel wants a Jewish world with a strong affinity toward Israel and its needs, it must also take into account the impact of its policies on world Jewry. At issue is not only legislation on issues of conversion and the rights of liberal Jews to pray at the Kotel. Israel must recognize that its foreign policy moves equally impact both on Jews' relationships with Israel, and also on their relationship to their home countries.
For decades, we have told world Jewry that since their children's lives aren’t on the line, they must remain silent and support any policy set forth by the Israeli government. While there is much truth to this argument, it is time to recognize that one of the causes for alienation from Israel is the perceived negative impact of Israel's policies on the way Jews feel around the world. An indefensible or questionable policy embarrasses Jews and exposes them to criticism and ridicule by their fellow citizens.
A world Jewry engaged with Israel is a world Jewry impacted Jewishly and personally by Israel. It is a world Jewry that connects its identity as Jews with the State of Israel. As Israelis, it is this type of engagement for which we yearn. It is time that we recognize the responsibility that it generates.
An example in point is the recent negotiations between Israel and the United States regarding an additional three-month settlement freeze. If the reports are accurate, Israel has bartered a freeze in return for F-35 fighter jets at a bargain price and written US assurances on security issues.
Let's leave aside the political debate regarding the legitimacy of the settlements, their importance or lack thereof for the future security of the State of Israel, and the dangers or benefits of further unilateral Israeli gestures toward the Palestinians for the future of the peace talks. The deal between Israel and the United States is so bizarre and troubling on so many levels that short of a blanket condemnation of both the United States and Israel for short-sightedness, it begs for an explanation. One cannot question the intelligence of Prime Minister Netanyahu, Secretary of State Clinton or President Obama. If the settlement freeze is tolerable to Israel's security and political interests, why not agree to it when our most significant ally asks? On the other hand, if a 10-month freeze was ineffectual why is an additional three-month freeze the object of such desire that the US is willing to bribe Israel to achieve it?
The purpose of the promises is not for Netanyahu, nor for anyone for whom the peace process is a serious endeavor. Its aim is to provide Netanyahu with a bribe for his coalition partners, many of whom see no value in negotiating with the Palestinians, nor with ensuring that Israel and the United States be in sync with each other. Absent these incentives, material ones are offered instead with the hope that they will buy votes. This is especially the case when it comes to the Shas Party, whom Israel regularly infantilizes by buying its votes both literally and through religious legislation.
This move to bribe coalition partners, however, not only extracts a price from the US administration, but from Jews around the world. It is embarrassing for Jews to see the Israeli government hondle with a friend who has been at our side. It is one thing for Israel to disagree and stand for its interests when necessary, even if those do not coincide with the interests of the United States government. However, it makes an American Jew uncomfortable with his or her loyalty to Israel when Israel's policies are not led by its values and larger security needs, but instead sees these values and needs put on the trading block for the highest bid. It causes American Jews to feel vulnerable to the critique of their fellow citizens, who associate Israel's actions with Jewish ones.
American Jews, and in fact Jews around the world, have for decades argued for the consistency and coherency of their loyalty to Israel with the loyalty they have to their home countries. Loyalty to Israel has been a source of pride and enhanced Jewish identity. When Israel sacrifices the identification of Jews around the world with Israel on the altar of short-term coalition interests, it belittles Israel and makes a case for alienation.
Let Netanyahu lead with principles, whatever they may be, and Jews around the world will at least be able to respect Israel and their affiliation with it. Let Netanyahu take responsibility for implementing the two-state solution that he publicly advocates and put the future of his coalition and his government on the line for his principles. When he does this, he will find himself less worried about Israel delegitimization and will find a Jewish community around the world at his and Israel's side.
What Does Israel Owe the Jews of the World? (21/11/2010)
By DONNIEL HARTMAN
The relationship between Israel and world Jewry - or more accurately - the diminishing relationship, is at the fore of Jewish institutional and leadership concern today. What can be done to combat the perceived disengagement from and increased alienation toward Israel?
One focus of the efforts is on improved public relations and education of world Jewry as to the case for Israel. An increased ability by Jews to defend Israel to others will lead to a parallel increase in affinity toward and possibly affiliation with Israel.
Israel, however, cannot combat alienation unless it ceases to generate it and be one of its primary causes. If Israel wants a Jewish world with a strong affinity toward Israel and its needs, it must also take into account the impact of its policies on world Jewry. At issue is not only legislation on issues of conversion and the rights of liberal Jews to pray at the Kotel. Israel must recognize that its foreign policy moves equally impact both on Jews' relationships with Israel, and also on their relationship to their home countries.
For decades, we have told world Jewry that since their children's lives aren’t on the line, they must remain silent and support any policy set forth by the Israeli government. While there is much truth to this argument, it is time to recognize that one of the causes for alienation from Israel is the perceived negative impact of Israel's policies on the way Jews feel around the world. An indefensible or questionable policy embarrasses Jews and exposes them to criticism and ridicule by their fellow citizens.
A world Jewry engaged with Israel is a world Jewry impacted Jewishly and personally by Israel. It is a world Jewry that connects its identity as Jews with the State of Israel. As Israelis, it is this type of engagement for which we yearn. It is time that we recognize the responsibility that it generates.
An example in point is the recent negotiations between Israel and the United States regarding an additional three-month settlement freeze. If the reports are accurate, Israel has bartered a freeze in return for F-35 fighter jets at a bargain price and written US assurances on security issues.
Let's leave aside the political debate regarding the legitimacy of the settlements, their importance or lack thereof for the future security of the State of Israel, and the dangers or benefits of further unilateral Israeli gestures toward the Palestinians for the future of the peace talks. The deal between Israel and the United States is so bizarre and troubling on so many levels that short of a blanket condemnation of both the United States and Israel for short-sightedness, it begs for an explanation. One cannot question the intelligence of Prime Minister Netanyahu, Secretary of State Clinton or President Obama. If the settlement freeze is tolerable to Israel's security and political interests, why not agree to it when our most significant ally asks? On the other hand, if a 10-month freeze was ineffectual why is an additional three-month freeze the object of such desire that the US is willing to bribe Israel to achieve it?
The purpose of the promises is not for Netanyahu, nor for anyone for whom the peace process is a serious endeavor. Its aim is to provide Netanyahu with a bribe for his coalition partners, many of whom see no value in negotiating with the Palestinians, nor with ensuring that Israel and the United States be in sync with each other. Absent these incentives, material ones are offered instead with the hope that they will buy votes. This is especially the case when it comes to the Shas Party, whom Israel regularly infantilizes by buying its votes both literally and through religious legislation.
This move to bribe coalition partners, however, not only extracts a price from the US administration, but from Jews around the world. It is embarrassing for Jews to see the Israeli government hondle with a friend who has been at our side. It is one thing for Israel to disagree and stand for its interests when necessary, even if those do not coincide with the interests of the United States government. However, it makes an American Jew uncomfortable with his or her loyalty to Israel when Israel's policies are not led by its values and larger security needs, but instead sees these values and needs put on the trading block for the highest bid. It causes American Jews to feel vulnerable to the critique of their fellow citizens, who associate Israel's actions with Jewish ones.
American Jews, and in fact Jews around the world, have for decades argued for the consistency and coherency of their loyalty to Israel with the loyalty they have to their home countries. Loyalty to Israel has been a source of pride and enhanced Jewish identity. When Israel sacrifices the identification of Jews around the world with Israel on the altar of short-term coalition interests, it belittles Israel and makes a case for alienation.
Let Netanyahu lead with principles, whatever they may be, and Jews around the world will at least be able to respect Israel and their affiliation with it. Let Netanyahu take responsibility for implementing the two-state solution that he publicly advocates and put the future of his coalition and his government on the line for his principles. When he does this, he will find himself less worried about Israel delegitimization and will find a Jewish community around the world at his and Israel's side.
lunes, 22 de noviembre de 2010
NEGOCIACIONES DE PAZ EN ORIENTE MEDIO. ¿ESTÁ ISRAEL EN VÍAS DE PASARSE DE ROSCA CON LOS EEUU?
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NEGOCIACIONES DE PAZ EN ORIENTE MEDIO: ¿ESTÁ ISRAEL EN VÍAS DE PASARSE DE ROSCA CON LOS EEUU?
Si no se está pasando de rosca tal vez sí haya lugar a decir eso de que “donde hay confianza da asco”. Las últimas noticias sobre la entrevista mantenida en Washington entre Netanyahu y la administración Obama constatan, según el comentario de Zvi Bar’el publicado el pasado día 21 en el diario digital de Israel HAARETZ.com, una actitud extremadamente exigente por parte de Israel que pone y exige a Washington una serie de condicionantes para ampliar la moratoria a la construcción de los asentamiento judíos en Cisjordania tales como el compromiso de la entrega de 20 aviones ‘INVISIBLES’ F-35, el último grito en avión de combate, con un coste de TRES BILLONES de dólares, a cambio de 90 días de prolongación de la moratoria,….y todo ello por escrito, por muy revulsivo que parezca. Este planteamiento por parte de Israel se sale de lo normal hacia un socio de demostrada lealtad y bordea la extorsión hacia la administración Obama que está dando más que pruebas de estar dispuesta a conseguir un acuerdo de paz duradera entre judíos y palestinos. No dice nada positivo a favor de Israel el presionar a los EEUU de una manera tan brutal y descarada pues esta actitud conlleva a la creencia que los radicales del Estado judío piensan que la paz que pudiera conseguirse en el conflicto judío/palestino es un problema más de los EEUU que de ellos mismos y que a los EEUU les va en ello su subsistencia y la vida el conseguir un acuerdo de paz en Oriente Medio. Dan la impresión de que son los EEUU los que están en conflicto con Palestina y los que tienen una acuciante necesidad del acuerdo de paz y no Israel.
Craso error el ‘atornillar’ de semejante manera al gigante americano que, aunque gigante, no hay que olvidar que no es el único poder sobre la tierra y que hay otras potencias en el mundo, como pudieran ser China y Rusia, además de la UE, que también tienen algo que decir en lo que el respaldo a las concesiones que hagan los EEUU a Israel en lo que se refiere a lo que se salga de la disposición de bienes propios, como es este caso de los 20 F-35, para pasar a ser de ámbito general, como pudiera ser las garantías exigidas por Israel sobre su seguridad en el valle del Jordán, garantías que serán papel mojado si no cuentan con el respaldo de las grandes potenciales mundiales. No hay la menor duda que las potencias del mundo no dudarán en respaldar un tratado de paz en Oriente Medio, como lo acaban de hacer público Rusia y China, que sea justo y asumible en aras de la paz mundial, pero difícilmente podrá haber acuerdo si antes de entrar en materia en las negociaciones los radicales por parte judía se resisten a prorrogar la moratoria en las construcciones de los asentamientos en Cisjordania que, por lo visto, les va la vida en ello el continuar con la construcción. El equipo negociador israelí, especialmente Netanyahu, debe tener más que claro que no puede haber acuerdo del agrado de todo el arco parlamentario israelí y que es más que posible que los que consigan el acuerdo, si es un acuerdo justo, habrán firmado su ‘defunción’ como gobernantes destacados de Israel, riesgo más que probable, pero las futuras generaciones judías les colocarán en la Historia como los hombres que, decididamente, apostaron por la paz contra viento y marea con consecuencias para sí mismos tales como el propio haraquiri de la vida política israelí.
Las partes negociadoras interesadas y los mediadores deben tener claro que el acuerdo que resulte de estas negociaciones, que forzosamente tiene que pasar por un Estado palestino y un reconocimiento sin dobleces del Estado de Israel por Palestina y las naciones árabes, tiene que contar con el respaldo en lo político y en lo económico de la comunidad internacional y no puede ser un acuerdo entre ‘cuatro amigos’ cuyos condicionantes, que sin duda los habrá, no puedan ser asumidos por injustos o irreales por la comunidad internacional.
A toda esta ‘movida’ sobre la prolongación de la moratoria sobre las construcciones judías en Cisjordania da lugar a la siguiente interrogante: ¿No estará adoptando Israel una posición tal de intransigencia con la minucia de la moratoria en la construcción de los asentamientos que da que pensar que otras cuestiones de verdadero calado en las que entrarán en la negociación harán imposible un acuerdo de paz? ¿No es esta actitud de prepotencia de vencedor que en el cenit del poder no asume que el poder suele ser efímero y que algún día podrían cambiarse las tornas y que es el momento de sellar una paz justa en la que corresponde a Israel ser el más generoso por ser el más fuerte para que pueda cristalizar?
CONCLUSIÓN: Parece ser que ha llegado la hora de que los cuantos que más gritan y que parecen llevar la batuta sobre la marcha de las negociaciones sean puestos en sus respectivos sitios por los aspirantes de la paz en Oriente Medio para lo que es necesario que éstos salgan de sus cuarteles de invierno y que por referéndum, si fuese preciso, den respaldo a estas negociaciones de paz que puede que sean la última oportunidad de paz para Oriente Medio.
Las Palmas de Gran Canaria, 22 de noviembre de 2010.
Daniel Garzón Luna
NEGOCIACIONES DE PAZ EN ORIENTE MEDIO: ¿ESTÁ ISRAEL EN VÍAS DE PASARSE DE ROSCA CON LOS EEUU?
Si no se está pasando de rosca tal vez sí haya lugar a decir eso de que “donde hay confianza da asco”. Las últimas noticias sobre la entrevista mantenida en Washington entre Netanyahu y la administración Obama constatan, según el comentario de Zvi Bar’el publicado el pasado día 21 en el diario digital de Israel HAARETZ.com, una actitud extremadamente exigente por parte de Israel que pone y exige a Washington una serie de condicionantes para ampliar la moratoria a la construcción de los asentamiento judíos en Cisjordania tales como el compromiso de la entrega de 20 aviones ‘INVISIBLES’ F-35, el último grito en avión de combate, con un coste de TRES BILLONES de dólares, a cambio de 90 días de prolongación de la moratoria,….y todo ello por escrito, por muy revulsivo que parezca. Este planteamiento por parte de Israel se sale de lo normal hacia un socio de demostrada lealtad y bordea la extorsión hacia la administración Obama que está dando más que pruebas de estar dispuesta a conseguir un acuerdo de paz duradera entre judíos y palestinos. No dice nada positivo a favor de Israel el presionar a los EEUU de una manera tan brutal y descarada pues esta actitud conlleva a la creencia que los radicales del Estado judío piensan que la paz que pudiera conseguirse en el conflicto judío/palestino es un problema más de los EEUU que de ellos mismos y que a los EEUU les va en ello su subsistencia y la vida el conseguir un acuerdo de paz en Oriente Medio. Dan la impresión de que son los EEUU los que están en conflicto con Palestina y los que tienen una acuciante necesidad del acuerdo de paz y no Israel.
Craso error el ‘atornillar’ de semejante manera al gigante americano que, aunque gigante, no hay que olvidar que no es el único poder sobre la tierra y que hay otras potencias en el mundo, como pudieran ser China y Rusia, además de la UE, que también tienen algo que decir en lo que el respaldo a las concesiones que hagan los EEUU a Israel en lo que se refiere a lo que se salga de la disposición de bienes propios, como es este caso de los 20 F-35, para pasar a ser de ámbito general, como pudiera ser las garantías exigidas por Israel sobre su seguridad en el valle del Jordán, garantías que serán papel mojado si no cuentan con el respaldo de las grandes potenciales mundiales. No hay la menor duda que las potencias del mundo no dudarán en respaldar un tratado de paz en Oriente Medio, como lo acaban de hacer público Rusia y China, que sea justo y asumible en aras de la paz mundial, pero difícilmente podrá haber acuerdo si antes de entrar en materia en las negociaciones los radicales por parte judía se resisten a prorrogar la moratoria en las construcciones de los asentamientos en Cisjordania que, por lo visto, les va la vida en ello el continuar con la construcción. El equipo negociador israelí, especialmente Netanyahu, debe tener más que claro que no puede haber acuerdo del agrado de todo el arco parlamentario israelí y que es más que posible que los que consigan el acuerdo, si es un acuerdo justo, habrán firmado su ‘defunción’ como gobernantes destacados de Israel, riesgo más que probable, pero las futuras generaciones judías les colocarán en la Historia como los hombres que, decididamente, apostaron por la paz contra viento y marea con consecuencias para sí mismos tales como el propio haraquiri de la vida política israelí.
Las partes negociadoras interesadas y los mediadores deben tener claro que el acuerdo que resulte de estas negociaciones, que forzosamente tiene que pasar por un Estado palestino y un reconocimiento sin dobleces del Estado de Israel por Palestina y las naciones árabes, tiene que contar con el respaldo en lo político y en lo económico de la comunidad internacional y no puede ser un acuerdo entre ‘cuatro amigos’ cuyos condicionantes, que sin duda los habrá, no puedan ser asumidos por injustos o irreales por la comunidad internacional.
A toda esta ‘movida’ sobre la prolongación de la moratoria sobre las construcciones judías en Cisjordania da lugar a la siguiente interrogante: ¿No estará adoptando Israel una posición tal de intransigencia con la minucia de la moratoria en la construcción de los asentamientos que da que pensar que otras cuestiones de verdadero calado en las que entrarán en la negociación harán imposible un acuerdo de paz? ¿No es esta actitud de prepotencia de vencedor que en el cenit del poder no asume que el poder suele ser efímero y que algún día podrían cambiarse las tornas y que es el momento de sellar una paz justa en la que corresponde a Israel ser el más generoso por ser el más fuerte para que pueda cristalizar?
CONCLUSIÓN: Parece ser que ha llegado la hora de que los cuantos que más gritan y que parecen llevar la batuta sobre la marcha de las negociaciones sean puestos en sus respectivos sitios por los aspirantes de la paz en Oriente Medio para lo que es necesario que éstos salgan de sus cuarteles de invierno y que por referéndum, si fuese preciso, den respaldo a estas negociaciones de paz que puede que sean la última oportunidad de paz para Oriente Medio.
Las Palmas de Gran Canaria, 22 de noviembre de 2010.
Daniel Garzón Luna
NEGOCIACIONES DE PAZ EN ORIENTE MEDIO. ¿ESTÁ ISRAEL EN VÍAS DE PASARSE DE ROSCA CON LOS EEUU?
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NEGOCIACIONES DE PAZ EN ORIENTE MEDIO: ¿ESTÁ ISRAEL EN VÍAS DE PASARSE DE ROSCA CON LOS EEUU?
Si no se está pasando de rosca tal vez sí haya lugar a decir eso de que “donde hay confianza da asco”. Las últimas noticias sobre la entrevista mantenida en Washington entre Netanyahu y la administración Obama constatan, según el comentario de Zvi Bar’el publicado el pasado día 21 en el diario digital de Israel HAARETZ.com, una actitud extremadamente exigente por parte de Israel que pone y exige a Washington una serie de condicionantes para ampliar la moratoria a la construcción de los asentamiento judíos en Cisjordania tales como el compromiso de la entrega de 20 aviones ‘INVISIBLES’ F-35, el último grito en avión de combate, con un coste de TRES BILLONES de dólares, a cambio de 90 días de prolongación de la moratoria,….y todo ello por escrito, por muy revulsivo que parezca. Este planteamiento por parte de Israel se sale de lo normal hacia un socio de demostrada lealtad y bordea la extorsión hacia la administración Obama que está dando más que pruebas de estar dispuesta a conseguir un acuerdo de paz duradera entre judíos y palestinos. No dice nada positivo a favor de Israel el presionar a los EEUU de una manera tan brutal y descarada pues esta actitud conlleva a la creencia que los radicales del Estado judío piensan que la paz que pudiera conseguirse en el conflicto judío/palestino es un problema más de los EEUU que de ellos mismos y que a los EEUU les va en ello su subsistencia y la vida el conseguir un acuerdo de paz en Oriente Medio. Dan la impresión de que son los EEUU los que están en conflicto con Palestina y los que tienen una acuciante necesidad del acuerdo de paz y no Israel.
Craso error el ‘atornillar’ de semejante manera al gigante americano que, aunque gigante, no hay que olvidar que no es el único poder sobre la tierra y que hay otras potencias en el mundo, como pudieran ser China y Rusia, además de la UE, que también tienen algo que decir en lo que el respaldo a las concesiones que hagan los EEUU a Israel en lo que se refiere a lo que se salga de la disposición de bienes propios, como es este caso de los 20 F-35, para pasar a ser de ámbito general, como pudiera ser las garantías exigidas por Israel sobre su seguridad en el valle del Jordán, garantías que serán papel mojado si no cuentan con el respaldo de las grandes potenciales mundiales. No hay la menor duda que las potencias del mundo no dudarán en respaldar un tratado de paz en Oriente Medio, como lo acaban de hacer público Rusia y China, que sea justo y asumible en aras de la paz mundial, pero difícilmente podrá haber acuerdo si antes de entrar en materia en las negociaciones los radicales por parte judía se resisten a prorrogar la moratoria en las construcciones de los asentamientos en Cisjordania que, por lo visto, les va la vida en ello el continuar con la construcción. El equipo negociador israelí, especialmente Netanyahu, debe tener más que claro que no puede haber acuerdo del agrado de todo el arco parlamentario israelí y que es más que posible que los que consigan el acuerdo, si es un acuerdo justo, habrán firmado su ‘defunción’ como gobernantes destacados de Israel, riesgo más que probable, pero las futuras generaciones judías les colocarán en la Historia como los hombres que, decididamente, apostaron por la paz contra viento y marea con consecuencias para sí mismos tales como el propio haraquiri de la vida política israelí.
Las partes negociadoras interesadas y los mediadores deben tener claro que el acuerdo que resulte de estas negociaciones, que forzosamente tiene que pasar por un Estado palestino y un reconocimiento sin dobleces del Estado de Israel por Palestina y las naciones árabes, tiene que contar con el respaldo en lo político y en lo económico de la comunidad internacional y no puede ser un acuerdo entre ‘cuatro amigos’ cuyos condicionantes, que sin duda los habrá, no puedan ser asumidos por injustos o irreales por la comunidad internacional.
A toda esta ‘movida’ sobre la prolongación de la moratoria sobre las construcciones judías en Cisjordania da lugar a la siguiente interrogante: ¿No estará adoptando Israel una posición tal de intransigencia con la minucia de la moratoria en la construcción de los asentamientos que da que pensar que otras cuestiones de verdadero calado en las que entrarán en la negociación harán imposible un acuerdo de paz? ¿No es esta actitud de prepotencia de vencedor que en el cenit del poder no asume que el poder suele ser efímero y que algún día podrían cambiarse las tornas y que es el momento de sellar una paz justa en la que corresponde a Israel ser el más generoso por ser el más fuerte para que pueda cristalizar?
CONCLUSIÓN: Parece ser que ha llegado la hora de que los cuantos que más gritan y que parecen llevar la batuta sobre la marcha de las negociaciones sean puestos en sus respectivos sitios por los aspirantes de la paz en Oriente Medio para lo que es necesario que éstos salgan de sus cuarteles de invierno y que por referéndum, si fuese preciso, den respaldo a estas negociaciones de paz que puede que sean la última oportunidad de paz para Oriente Medio.
Las Palmas de Gran Canaria, 22 de noviembre de 2010.
Daniel Garzón Luna
NEGOCIACIONES DE PAZ EN ORIENTE MEDIO: ¿ESTÁ ISRAEL EN VÍAS DE PASARSE DE ROSCA CON LOS EEUU?
Si no se está pasando de rosca tal vez sí haya lugar a decir eso de que “donde hay confianza da asco”. Las últimas noticias sobre la entrevista mantenida en Washington entre Netanyahu y la administración Obama constatan, según el comentario de Zvi Bar’el publicado el pasado día 21 en el diario digital de Israel HAARETZ.com, una actitud extremadamente exigente por parte de Israel que pone y exige a Washington una serie de condicionantes para ampliar la moratoria a la construcción de los asentamiento judíos en Cisjordania tales como el compromiso de la entrega de 20 aviones ‘INVISIBLES’ F-35, el último grito en avión de combate, con un coste de TRES BILLONES de dólares, a cambio de 90 días de prolongación de la moratoria,….y todo ello por escrito, por muy revulsivo que parezca. Este planteamiento por parte de Israel se sale de lo normal hacia un socio de demostrada lealtad y bordea la extorsión hacia la administración Obama que está dando más que pruebas de estar dispuesta a conseguir un acuerdo de paz duradera entre judíos y palestinos. No dice nada positivo a favor de Israel el presionar a los EEUU de una manera tan brutal y descarada pues esta actitud conlleva a la creencia que los radicales del Estado judío piensan que la paz que pudiera conseguirse en el conflicto judío/palestino es un problema más de los EEUU que de ellos mismos y que a los EEUU les va en ello su subsistencia y la vida el conseguir un acuerdo de paz en Oriente Medio. Dan la impresión de que son los EEUU los que están en conflicto con Palestina y los que tienen una acuciante necesidad del acuerdo de paz y no Israel.
Craso error el ‘atornillar’ de semejante manera al gigante americano que, aunque gigante, no hay que olvidar que no es el único poder sobre la tierra y que hay otras potencias en el mundo, como pudieran ser China y Rusia, además de la UE, que también tienen algo que decir en lo que el respaldo a las concesiones que hagan los EEUU a Israel en lo que se refiere a lo que se salga de la disposición de bienes propios, como es este caso de los 20 F-35, para pasar a ser de ámbito general, como pudiera ser las garantías exigidas por Israel sobre su seguridad en el valle del Jordán, garantías que serán papel mojado si no cuentan con el respaldo de las grandes potenciales mundiales. No hay la menor duda que las potencias del mundo no dudarán en respaldar un tratado de paz en Oriente Medio, como lo acaban de hacer público Rusia y China, que sea justo y asumible en aras de la paz mundial, pero difícilmente podrá haber acuerdo si antes de entrar en materia en las negociaciones los radicales por parte judía se resisten a prorrogar la moratoria en las construcciones de los asentamientos en Cisjordania que, por lo visto, les va la vida en ello el continuar con la construcción. El equipo negociador israelí, especialmente Netanyahu, debe tener más que claro que no puede haber acuerdo del agrado de todo el arco parlamentario israelí y que es más que posible que los que consigan el acuerdo, si es un acuerdo justo, habrán firmado su ‘defunción’ como gobernantes destacados de Israel, riesgo más que probable, pero las futuras generaciones judías les colocarán en la Historia como los hombres que, decididamente, apostaron por la paz contra viento y marea con consecuencias para sí mismos tales como el propio haraquiri de la vida política israelí.
Las partes negociadoras interesadas y los mediadores deben tener claro que el acuerdo que resulte de estas negociaciones, que forzosamente tiene que pasar por un Estado palestino y un reconocimiento sin dobleces del Estado de Israel por Palestina y las naciones árabes, tiene que contar con el respaldo en lo político y en lo económico de la comunidad internacional y no puede ser un acuerdo entre ‘cuatro amigos’ cuyos condicionantes, que sin duda los habrá, no puedan ser asumidos por injustos o irreales por la comunidad internacional.
A toda esta ‘movida’ sobre la prolongación de la moratoria sobre las construcciones judías en Cisjordania da lugar a la siguiente interrogante: ¿No estará adoptando Israel una posición tal de intransigencia con la minucia de la moratoria en la construcción de los asentamientos que da que pensar que otras cuestiones de verdadero calado en las que entrarán en la negociación harán imposible un acuerdo de paz? ¿No es esta actitud de prepotencia de vencedor que en el cenit del poder no asume que el poder suele ser efímero y que algún día podrían cambiarse las tornas y que es el momento de sellar una paz justa en la que corresponde a Israel ser el más generoso por ser el más fuerte para que pueda cristalizar?
CONCLUSIÓN: Parece ser que ha llegado la hora de que los cuantos que más gritan y que parecen llevar la batuta sobre la marcha de las negociaciones sean puestos en sus respectivos sitios por los aspirantes de la paz en Oriente Medio para lo que es necesario que éstos salgan de sus cuarteles de invierno y que por referéndum, si fuese preciso, den respaldo a estas negociaciones de paz que puede que sean la última oportunidad de paz para Oriente Medio.
Las Palmas de Gran Canaria, 22 de noviembre de 2010.
Daniel Garzón Luna
viernes, 5 de noviembre de 2010
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GIBRALTAR Y LA NUEVA MINISTRA DE EXTERIORES: ENTRAR CON MALA PATA
Nuestra nueva ministra de Asuntos Exteriores, la señora Trinidad Jiménez, ha debutado con el contencioso de Gibraltar con unas declaraciones que dejan bien claro, según lo publicado por el diario digital “EUROPAPRESS.ES” del día 2 de los corrientes, que “tiene como objetivo la recuperación de la soberanía de dicho territorio” un objetivo que, ha recordado, “han compartido todos los gobiernos sin excepción” ….. y se ha quedado tan pancha. A esto se le puede llamar inaugurar la Cartera de Exteriores con mala pata, no mala pata para la señora Ministra precisamente por haberle tocado el ‘marrón’ de Gibraltar sino que es la Cartera de Exteriores la que está condenada a la mala pata por parte de sus titulares que una vez y la otra también ocupan el Palacio de Santa Cruz con escasísimos conocimientos de lo que se cuece en los entresijos de la diplomacia española. Que una señora ministra inaugure su discurso sobre Gibraltar diciendo que España quiere recuperar la soberanía sobre la plaza es para encomendarse al Altísimo por lo que nos espera vivir todavía sobre el tema Gibraltar, pues resulta de lo más sorprendente que la señora Ministra diga ante las ‘alcachofas’ que va a pedir a los británicos la soberanía sobre Gibraltar, es decir, va a pedirles algo que ya es nuestro y nunca ha dejado de serlo ¿Era tan difícil para la nueva inquilina del Palacio de Santa Cruz el haberse leído e interpretado el Tratado de Utrecht, y el Artículo X en especial, para enterarse de lo que le cedimos en 1713 a los británicos y lo que nunca les cedimos antes de abrir la boca y lanzarse a hacer declaraciones sobre tema tan enrevesado? ¿Es consciente la señora Ministra de Exteriores que, con relación al Peñón, le están tomando la medida en Gran Bretaña y en el propio Peñón y que cada palabra que diga será analizada minuciosamente por sus expertos para saber exactamente por donde respira y qué tajada le pueden sacar a su Ministerio con relación a Gibraltar en base a sus debilidades? ¿Es consciente la señora Ministra que en este caso la mayor debilidad será la ignorancia sobre lo que está encima de la mesa? Por de pronto, al decir que su objetivo es el de recuperar la soberanía de Gibraltar está demostrando la señora Ministra un grado de ignorancia extrema porque, si fuese el caso que la soberanía fuese británica, cosa que ella parecer haber asumido ya a juzgar por sus declaraciones, no existiría la mínima duda que los del Foreign Office habrían expandido a lo largo y ancho del orbe que Inglaterra ostenta la soberanía y, con ello, el derecho a la jurisdicción de aguas territoriales, también sobre el espacio aérea del Peñón, y, además, el derecho a perforar en profundidad hasta las entrañas de la Tierra si fuese de su agrado e interés, además de que está dispuesta a defender dicha soberanía con toda su Navy y el resto del ejército inglés, si fuese necesario.
Los posicionamientos de la diplomacia española con relación a Gibraltar suena ya a ciencia ficción porque, si los ministros que ha tenido España en Asuntos Exteriores desde Morán para acá (Morán, Piqué, Matute, Moratinos) se empeñaron en presentar a Gran Bretaña la petición formal de que queremos recuperar la soberanía del Peñón, me da que los británicos, y también los colonos del peñón, se han estado frotando las manos, ¡cómo no! y se estarán riendo a mandíbula batiente a costa de la ignorancia que anida y es intrínseca en el Palacio de Santa Cruz desde hace décadas. Para ellos es fenomenal que sus interlocutores españoles comiencen por pedirles algo que nunca han tenido y que nunca dejó de ser español que es la soberanía del Peñón de Gibraltar. Les va de maravillas que la diplomacia española se entretenga con ese ‘hueso’ porque a ellos ni les da ni les quita que España pida algo que ellos no puedan dar, porque no lo tienen, pero sí les va como anillo al dedo que la diplomacia española así lo siga creyendo con lo que se les da pábilo a los británicos para creerse realmente que ostentan la soberanía sobre Gibraltar, sus aguas y su cielo, además del subsuelo. Consecuentemente, no dejará de resultar divertido para el Foreign Office británico el tener una interlocutora que ya de entrada reconoce el disparate de que la soberanía la ostenta Gran Bretaña y ya de entrada se propone pedirles su devolución a España. Cuando el cabeza principal de la diplomacia española confunde propiedad con soberanía, como está siendo el caso con los ministros que han pasado por el Palacio de Santa Cruz en las tres últimas décadas, pocos resultados positivos puede conseguirse de los británicos. Cuando el negociador no tiene claro cuál es la diferencia entre propiedad y soberanía la cosa adquiere tintes que nos puede llevar a la risa si no fuese la cosa tan seria y no se tratase de nuestra señora Ministra de Asuntos Exteriores la interlocutora.
Como por las declaraciones a la prensa mencionadas la señora Ministra demuestra no conocer el contenido del Tratado de Utrecht, a continuación transcribo literalmente el Artículo X que se ocupa de la entrega de la propiedad del Peñón a los británicos, artículo que no deja la más mínima duda de que no hubo cesión de soberanía sino simplemente una entrega de una propiedad con sus correspondientes límites debidamente marcados en el croquis pertinente.
“El Artículo X del Tratado de Utrecht fija el siguiente ‘status’ jurídico de la fortaleza:
“El Rey Católico, por sí y por sus herederos, cede por este Tratado a la Corona de la Gran Bretaña la plena y entera propiedad de la ciudad y del castillo de Gibraltar, juntamente con su puerto, defensas y fortaleza que le pertenecen, dando la dicha propiedad absolutamente para que la tenga y goce en entero derecho, y para siempre, sin excepción ni impedimento alguno.”
El párrafo segundo del Tratado dice lo siguiente:
“Pero, para evitar cualesquiera abusos y fraude en la introducción de las mercaderías, quiere el Rey Católico, y supone que así se ha de entender, que la dicha propiedad se cede a la Gran Bretaña sin jurisdicción alguna territorial y sin comunicación alguna con el país circunvecino por parte de tierra. ………….”
Por otra parte, y como quiera que los colonos y los colonizadores del Peñón deben tener claro cuál es la actitud española con relación a la colonia, ha lugar a dar la respuesta adecuada al gallito llanito Caruana y prohibir ipso facto la venta de más escombros para el relleno de los terrenos que están robando al mar español en la colonia y prohibir terminantemente a la propiedad de la cantera que está suministrando los escombros o piedras el seguir suministrándolos, debiéndose proceder al cierre y precinto de la misma si continuase haciéndolo. Por otra parte, y para general conocimiento de la ciudadanía, los nombres de los responsables de la empresa propietaria de la cantera deben hacerse público de modo que se sepa quién o quienes se están enriqueciendo a costa de vender piedras sacadas del suelo español a la colonia para aumentar las dimensiones del suelo del Peñón a costa de aguas de jurisdicción española. Igualmente se debe poner en marcha de inmediato una inspección de Medio Ambiente que constate si la cantera en cuestión opera con total legalidad en lo referente a las normas y disposiciones de Medio Ambiente en lo referente a las actividades mineras o extracción de piedra.
Las Palmas de Gran Canaria, 5 de noviembre de 2010.
Daniel Garzón Luna
GIBRALTAR Y LA NUEVA MINISTRA DE EXTERIORES: ENTRAR CON MALA PATA
Nuestra nueva ministra de Asuntos Exteriores, la señora Trinidad Jiménez, ha debutado con el contencioso de Gibraltar con unas declaraciones que dejan bien claro, según lo publicado por el diario digital “EUROPAPRESS.ES” del día 2 de los corrientes, que “tiene como objetivo la recuperación de la soberanía de dicho territorio” un objetivo que, ha recordado, “han compartido todos los gobiernos sin excepción” ….. y se ha quedado tan pancha. A esto se le puede llamar inaugurar la Cartera de Exteriores con mala pata, no mala pata para la señora Ministra precisamente por haberle tocado el ‘marrón’ de Gibraltar sino que es la Cartera de Exteriores la que está condenada a la mala pata por parte de sus titulares que una vez y la otra también ocupan el Palacio de Santa Cruz con escasísimos conocimientos de lo que se cuece en los entresijos de la diplomacia española. Que una señora ministra inaugure su discurso sobre Gibraltar diciendo que España quiere recuperar la soberanía sobre la plaza es para encomendarse al Altísimo por lo que nos espera vivir todavía sobre el tema Gibraltar, pues resulta de lo más sorprendente que la señora Ministra diga ante las ‘alcachofas’ que va a pedir a los británicos la soberanía sobre Gibraltar, es decir, va a pedirles algo que ya es nuestro y nunca ha dejado de serlo ¿Era tan difícil para la nueva inquilina del Palacio de Santa Cruz el haberse leído e interpretado el Tratado de Utrecht, y el Artículo X en especial, para enterarse de lo que le cedimos en 1713 a los británicos y lo que nunca les cedimos antes de abrir la boca y lanzarse a hacer declaraciones sobre tema tan enrevesado? ¿Es consciente la señora Ministra de Exteriores que, con relación al Peñón, le están tomando la medida en Gran Bretaña y en el propio Peñón y que cada palabra que diga será analizada minuciosamente por sus expertos para saber exactamente por donde respira y qué tajada le pueden sacar a su Ministerio con relación a Gibraltar en base a sus debilidades? ¿Es consciente la señora Ministra que en este caso la mayor debilidad será la ignorancia sobre lo que está encima de la mesa? Por de pronto, al decir que su objetivo es el de recuperar la soberanía de Gibraltar está demostrando la señora Ministra un grado de ignorancia extrema porque, si fuese el caso que la soberanía fuese británica, cosa que ella parecer haber asumido ya a juzgar por sus declaraciones, no existiría la mínima duda que los del Foreign Office habrían expandido a lo largo y ancho del orbe que Inglaterra ostenta la soberanía y, con ello, el derecho a la jurisdicción de aguas territoriales, también sobre el espacio aérea del Peñón, y, además, el derecho a perforar en profundidad hasta las entrañas de la Tierra si fuese de su agrado e interés, además de que está dispuesta a defender dicha soberanía con toda su Navy y el resto del ejército inglés, si fuese necesario.
Los posicionamientos de la diplomacia española con relación a Gibraltar suena ya a ciencia ficción porque, si los ministros que ha tenido España en Asuntos Exteriores desde Morán para acá (Morán, Piqué, Matute, Moratinos) se empeñaron en presentar a Gran Bretaña la petición formal de que queremos recuperar la soberanía del Peñón, me da que los británicos, y también los colonos del peñón, se han estado frotando las manos, ¡cómo no! y se estarán riendo a mandíbula batiente a costa de la ignorancia que anida y es intrínseca en el Palacio de Santa Cruz desde hace décadas. Para ellos es fenomenal que sus interlocutores españoles comiencen por pedirles algo que nunca han tenido y que nunca dejó de ser español que es la soberanía del Peñón de Gibraltar. Les va de maravillas que la diplomacia española se entretenga con ese ‘hueso’ porque a ellos ni les da ni les quita que España pida algo que ellos no puedan dar, porque no lo tienen, pero sí les va como anillo al dedo que la diplomacia española así lo siga creyendo con lo que se les da pábilo a los británicos para creerse realmente que ostentan la soberanía sobre Gibraltar, sus aguas y su cielo, además del subsuelo. Consecuentemente, no dejará de resultar divertido para el Foreign Office británico el tener una interlocutora que ya de entrada reconoce el disparate de que la soberanía la ostenta Gran Bretaña y ya de entrada se propone pedirles su devolución a España. Cuando el cabeza principal de la diplomacia española confunde propiedad con soberanía, como está siendo el caso con los ministros que han pasado por el Palacio de Santa Cruz en las tres últimas décadas, pocos resultados positivos puede conseguirse de los británicos. Cuando el negociador no tiene claro cuál es la diferencia entre propiedad y soberanía la cosa adquiere tintes que nos puede llevar a la risa si no fuese la cosa tan seria y no se tratase de nuestra señora Ministra de Asuntos Exteriores la interlocutora.
Como por las declaraciones a la prensa mencionadas la señora Ministra demuestra no conocer el contenido del Tratado de Utrecht, a continuación transcribo literalmente el Artículo X que se ocupa de la entrega de la propiedad del Peñón a los británicos, artículo que no deja la más mínima duda de que no hubo cesión de soberanía sino simplemente una entrega de una propiedad con sus correspondientes límites debidamente marcados en el croquis pertinente.
“El Artículo X del Tratado de Utrecht fija el siguiente ‘status’ jurídico de la fortaleza:
“El Rey Católico, por sí y por sus herederos, cede por este Tratado a la Corona de la Gran Bretaña la plena y entera propiedad de la ciudad y del castillo de Gibraltar, juntamente con su puerto, defensas y fortaleza que le pertenecen, dando la dicha propiedad absolutamente para que la tenga y goce en entero derecho, y para siempre, sin excepción ni impedimento alguno.”
El párrafo segundo del Tratado dice lo siguiente:
“Pero, para evitar cualesquiera abusos y fraude en la introducción de las mercaderías, quiere el Rey Católico, y supone que así se ha de entender, que la dicha propiedad se cede a la Gran Bretaña sin jurisdicción alguna territorial y sin comunicación alguna con el país circunvecino por parte de tierra. ………….”
Por otra parte, y como quiera que los colonos y los colonizadores del Peñón deben tener claro cuál es la actitud española con relación a la colonia, ha lugar a dar la respuesta adecuada al gallito llanito Caruana y prohibir ipso facto la venta de más escombros para el relleno de los terrenos que están robando al mar español en la colonia y prohibir terminantemente a la propiedad de la cantera que está suministrando los escombros o piedras el seguir suministrándolos, debiéndose proceder al cierre y precinto de la misma si continuase haciéndolo. Por otra parte, y para general conocimiento de la ciudadanía, los nombres de los responsables de la empresa propietaria de la cantera deben hacerse público de modo que se sepa quién o quienes se están enriqueciendo a costa de vender piedras sacadas del suelo español a la colonia para aumentar las dimensiones del suelo del Peñón a costa de aguas de jurisdicción española. Igualmente se debe poner en marcha de inmediato una inspección de Medio Ambiente que constate si la cantera en cuestión opera con total legalidad en lo referente a las normas y disposiciones de Medio Ambiente en lo referente a las actividades mineras o extracción de piedra.
Las Palmas de Gran Canaria, 5 de noviembre de 2010.
Daniel Garzón Luna
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GIBRALTAR Y LA NUEVA MINISTRA DE EXTERIORES: ENTRAR CON MALA PATA
Nuestra nueva ministra de Asuntos Exteriores, la señora Trinidad Jiménez, ha debutado con el contencioso de Gibraltar con unas declaraciones que dejan bien claro, según lo publicado por el diario digital “EUROPAPRESS.ES” del día 2 de los corrientes, que “tiene como objetivo la recuperación de la soberanía de dicho territorio” un objetivo que, ha recordado, “han compartido todos los gobiernos sin excepción” ….. y se ha quedado tan pancha. A esto se le puede llamar inaugurar la Cartera de Exteriores con mala pata, no mala pata para la señora Ministra precisamente por haberle tocado el ‘marrón’ de Gibraltar sino que es la Cartera de Exteriores la que está condenada a la mala pata por parte de sus titulares que una vez y la otra también ocupan el Palacio de Santa Cruz con escasísimos conocimientos de lo que se cuece en los entresijos de la diplomacia española. Que una señora ministra inaugure su discurso sobre Gibraltar diciendo que España quiere recuperar la soberanía sobre la plaza es para encomendarse al Altísimo por lo que nos espera vivir todavía sobre el tema Gibraltar, pues resulta de lo más sorprendente que la señora Ministra diga ante las ‘alcachofas’ que va a pedir a los británicos la soberanía sobre Gibraltar, es decir, va a pedirles algo que ya es nuestro y nunca ha dejado de serlo ¿Era tan difícil para la nueva inquilina del Palacio de Santa Cruz el haberse leído e interpretado el Tratado de Utrecht, y el Artículo X en especial, para enterarse de lo que le cedimos en 1713 a los británicos y lo que nunca les cedimos antes de abrir la boca y lanzarse a hacer declaraciones sobre tema tan enrevesado? ¿Es consciente la señora Ministra de Exteriores que, con relación al Peñón, le están tomando la medida en Gran Bretaña y en el propio Peñón y que cada palabra que diga será analizada minuciosamente por sus expertos para saber exactamente por donde respira y qué tajada le pueden sacar a su Ministerio con relación a Gibraltar en base a sus debilidades? ¿Es consciente la señora Ministra que en este caso la mayor debilidad será la ignorancia sobre lo que está encima de la mesa? Por de pronto, al decir que su objetivo es el de recuperar la soberanía de Gibraltar está demostrando la señora Ministra un grado de ignorancia extrema porque, si fuese el caso que la soberanía fuese británica, cosa que ella parecer haber asumido ya a juzgar por sus declaraciones, no existiría la mínima duda que los del Foreign Office habrían expandido a lo largo y ancho del orbe que Inglaterra ostenta la soberanía y, con ello, el derecho a la jurisdicción de aguas territoriales, también sobre el espacio aérea del Peñón, y, además, el derecho a perforar en profundidad hasta las entrañas de la Tierra si fuese de su agrado e interés, además de que está dispuesta a defender dicha soberanía con toda su Navy y el resto del ejército inglés, si fuese necesario.
Los posicionamientos de la diplomacia española con relación a Gibraltar suena ya a ciencia ficción porque, si los ministros que ha tenido España en Asuntos Exteriores desde Morán para acá (Morán, Piqué, Matute, Moratinos) se empeñaron en presentar a Gran Bretaña la petición formal de que queremos recuperar la soberanía del Peñón, me da que los británicos, y también los colonos del peñón, se han estado frotando las manos, ¡cómo no! y se estarán riendo a mandíbula batiente a costa de la ignorancia que anida y es intrínseca en el Palacio de Santa Cruz desde hace décadas. Para ellos es fenomenal que sus interlocutores españoles comiencen por pedirles algo que nunca han tenido y que nunca dejó de ser español que es la soberanía del Peñón de Gibraltar. Les va de maravillas que la diplomacia española se entretenga con ese ‘hueso’ porque a ellos ni les da ni les quita que España pida algo que ellos no puedan dar, porque no lo tienen, pero sí les va como anillo al dedo que la diplomacia española así lo siga creyendo con lo que se les da pábilo a los británicos para creerse realmente que ostentan la soberanía sobre Gibraltar, sus aguas y su cielo, además del subsuelo. Consecuentemente, no dejará de resultar divertido para el Foreign Office británico el tener una interlocutora que ya de entrada reconoce el disparate de que la soberanía la ostenta Gran Bretaña y ya de entrada se propone pedirles su devolución a España. Cuando el cabeza principal de la diplomacia española confunde propiedad con soberanía, como está siendo el caso con los ministros que han pasado por el Palacio de Santa Cruz en las tres últimas décadas, pocos resultados positivos puede conseguirse de los británicos. Cuando el negociador no tiene claro cuál es la diferencia entre propiedad y soberanía la cosa adquiere tintes que nos puede llevar a la risa si no fuese la cosa tan seria y no se tratase de nuestra señora Ministra de Asuntos Exteriores la interlocutora.
Como por las declaraciones a la prensa mencionadas la señora Ministra demuestra no conocer el contenido del Tratado de Utrecht, a continuación transcribo literalmente el Artículo X que se ocupa de la entrega de la propiedad del Peñón a los británicos, artículo que no deja la más mínima duda de que no hubo cesión de soberanía sino simplemente una entrega de una propiedad con sus correspondientes límites debidamente marcados en el croquis pertinente.
“El Artículo X del Tratado de Utrecht fija el siguiente ‘status’ jurídico de la fortaleza:
“El Rey Católico, por sí y por sus herederos, cede por este Tratado a la Corona de la Gran Bretaña la plena y entera propiedad de la ciudad y del castillo de Gibraltar, juntamente con su puerto, defensas y fortaleza que le pertenecen, dando la dicha propiedad absolutamente para que la tenga y goce en entero derecho, y para siempre, sin excepción ni impedimento alguno.”
El párrafo segundo del Tratado dice lo siguiente:
“Pero, para evitar cualesquiera abusos y fraude en la introducción de las mercaderías, quiere el Rey Católico, y supone que así se ha de entender, que la dicha propiedad se cede a la Gran Bretaña sin jurisdicción alguna territorial y sin comunicación alguna con el país circunvecino por parte de tierra. ………….”
Por otra parte, y como quiera que los colonos y los colonizadores del Peñón deben tener claro cuál es la actitud española con relación a la colonia, ha lugar a dar la respuesta adecuada al gallito llanito Caruana y prohibir ipso facto la venta de más escombros para el relleno de los terrenos que están robando al mar español en la colonia y prohibir terminantemente a la propiedad de la cantera que está suministrando los escombros o piedras el seguir suministrándolos, debiéndose proceder al cierre y precinto de la misma si continuase haciéndolo. Por otra parte, y para general conocimiento de la ciudadanía, los nombres de los responsables de la empresa propietaria de la cantera deben hacerse público de modo que se sepa quién o quienes se están enriqueciendo a costa de vender piedras sacadas del suelo español a la colonia para aumentar las dimensiones del suelo del Peñón a costa de aguas de jurisdicción española. Igualmente se debe poner en marcha de inmediato una inspección de Medio Ambiente que constate si la cantera en cuestión opera con total legalidad en lo referente a las normas y disposiciones de Medio Ambiente en lo referente a las actividades mineras o extracción de piedra.
Las Palmas de Gran Canaria, 5 de noviembre de 2010.
Daniel Garzón Luna
GIBRALTAR Y LA NUEVA MINISTRA DE EXTERIORES: ENTRAR CON MALA PATA
Nuestra nueva ministra de Asuntos Exteriores, la señora Trinidad Jiménez, ha debutado con el contencioso de Gibraltar con unas declaraciones que dejan bien claro, según lo publicado por el diario digital “EUROPAPRESS.ES” del día 2 de los corrientes, que “tiene como objetivo la recuperación de la soberanía de dicho territorio” un objetivo que, ha recordado, “han compartido todos los gobiernos sin excepción” ….. y se ha quedado tan pancha. A esto se le puede llamar inaugurar la Cartera de Exteriores con mala pata, no mala pata para la señora Ministra precisamente por haberle tocado el ‘marrón’ de Gibraltar sino que es la Cartera de Exteriores la que está condenada a la mala pata por parte de sus titulares que una vez y la otra también ocupan el Palacio de Santa Cruz con escasísimos conocimientos de lo que se cuece en los entresijos de la diplomacia española. Que una señora ministra inaugure su discurso sobre Gibraltar diciendo que España quiere recuperar la soberanía sobre la plaza es para encomendarse al Altísimo por lo que nos espera vivir todavía sobre el tema Gibraltar, pues resulta de lo más sorprendente que la señora Ministra diga ante las ‘alcachofas’ que va a pedir a los británicos la soberanía sobre Gibraltar, es decir, va a pedirles algo que ya es nuestro y nunca ha dejado de serlo ¿Era tan difícil para la nueva inquilina del Palacio de Santa Cruz el haberse leído e interpretado el Tratado de Utrecht, y el Artículo X en especial, para enterarse de lo que le cedimos en 1713 a los británicos y lo que nunca les cedimos antes de abrir la boca y lanzarse a hacer declaraciones sobre tema tan enrevesado? ¿Es consciente la señora Ministra de Exteriores que, con relación al Peñón, le están tomando la medida en Gran Bretaña y en el propio Peñón y que cada palabra que diga será analizada minuciosamente por sus expertos para saber exactamente por donde respira y qué tajada le pueden sacar a su Ministerio con relación a Gibraltar en base a sus debilidades? ¿Es consciente la señora Ministra que en este caso la mayor debilidad será la ignorancia sobre lo que está encima de la mesa? Por de pronto, al decir que su objetivo es el de recuperar la soberanía de Gibraltar está demostrando la señora Ministra un grado de ignorancia extrema porque, si fuese el caso que la soberanía fuese británica, cosa que ella parecer haber asumido ya a juzgar por sus declaraciones, no existiría la mínima duda que los del Foreign Office habrían expandido a lo largo y ancho del orbe que Inglaterra ostenta la soberanía y, con ello, el derecho a la jurisdicción de aguas territoriales, también sobre el espacio aérea del Peñón, y, además, el derecho a perforar en profundidad hasta las entrañas de la Tierra si fuese de su agrado e interés, además de que está dispuesta a defender dicha soberanía con toda su Navy y el resto del ejército inglés, si fuese necesario.
Los posicionamientos de la diplomacia española con relación a Gibraltar suena ya a ciencia ficción porque, si los ministros que ha tenido España en Asuntos Exteriores desde Morán para acá (Morán, Piqué, Matute, Moratinos) se empeñaron en presentar a Gran Bretaña la petición formal de que queremos recuperar la soberanía del Peñón, me da que los británicos, y también los colonos del peñón, se han estado frotando las manos, ¡cómo no! y se estarán riendo a mandíbula batiente a costa de la ignorancia que anida y es intrínseca en el Palacio de Santa Cruz desde hace décadas. Para ellos es fenomenal que sus interlocutores españoles comiencen por pedirles algo que nunca han tenido y que nunca dejó de ser español que es la soberanía del Peñón de Gibraltar. Les va de maravillas que la diplomacia española se entretenga con ese ‘hueso’ porque a ellos ni les da ni les quita que España pida algo que ellos no puedan dar, porque no lo tienen, pero sí les va como anillo al dedo que la diplomacia española así lo siga creyendo con lo que se les da pábilo a los británicos para creerse realmente que ostentan la soberanía sobre Gibraltar, sus aguas y su cielo, además del subsuelo. Consecuentemente, no dejará de resultar divertido para el Foreign Office británico el tener una interlocutora que ya de entrada reconoce el disparate de que la soberanía la ostenta Gran Bretaña y ya de entrada se propone pedirles su devolución a España. Cuando el cabeza principal de la diplomacia española confunde propiedad con soberanía, como está siendo el caso con los ministros que han pasado por el Palacio de Santa Cruz en las tres últimas décadas, pocos resultados positivos puede conseguirse de los británicos. Cuando el negociador no tiene claro cuál es la diferencia entre propiedad y soberanía la cosa adquiere tintes que nos puede llevar a la risa si no fuese la cosa tan seria y no se tratase de nuestra señora Ministra de Asuntos Exteriores la interlocutora.
Como por las declaraciones a la prensa mencionadas la señora Ministra demuestra no conocer el contenido del Tratado de Utrecht, a continuación transcribo literalmente el Artículo X que se ocupa de la entrega de la propiedad del Peñón a los británicos, artículo que no deja la más mínima duda de que no hubo cesión de soberanía sino simplemente una entrega de una propiedad con sus correspondientes límites debidamente marcados en el croquis pertinente.
“El Artículo X del Tratado de Utrecht fija el siguiente ‘status’ jurídico de la fortaleza:
“El Rey Católico, por sí y por sus herederos, cede por este Tratado a la Corona de la Gran Bretaña la plena y entera propiedad de la ciudad y del castillo de Gibraltar, juntamente con su puerto, defensas y fortaleza que le pertenecen, dando la dicha propiedad absolutamente para que la tenga y goce en entero derecho, y para siempre, sin excepción ni impedimento alguno.”
El párrafo segundo del Tratado dice lo siguiente:
“Pero, para evitar cualesquiera abusos y fraude en la introducción de las mercaderías, quiere el Rey Católico, y supone que así se ha de entender, que la dicha propiedad se cede a la Gran Bretaña sin jurisdicción alguna territorial y sin comunicación alguna con el país circunvecino por parte de tierra. ………….”
Por otra parte, y como quiera que los colonos y los colonizadores del Peñón deben tener claro cuál es la actitud española con relación a la colonia, ha lugar a dar la respuesta adecuada al gallito llanito Caruana y prohibir ipso facto la venta de más escombros para el relleno de los terrenos que están robando al mar español en la colonia y prohibir terminantemente a la propiedad de la cantera que está suministrando los escombros o piedras el seguir suministrándolos, debiéndose proceder al cierre y precinto de la misma si continuase haciéndolo. Por otra parte, y para general conocimiento de la ciudadanía, los nombres de los responsables de la empresa propietaria de la cantera deben hacerse público de modo que se sepa quién o quienes se están enriqueciendo a costa de vender piedras sacadas del suelo español a la colonia para aumentar las dimensiones del suelo del Peñón a costa de aguas de jurisdicción española. Igualmente se debe poner en marcha de inmediato una inspección de Medio Ambiente que constate si la cantera en cuestión opera con total legalidad en lo referente a las normas y disposiciones de Medio Ambiente en lo referente a las actividades mineras o extracción de piedra.
Las Palmas de Gran Canaria, 5 de noviembre de 2010.
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